Expertos en energías renovables, un diseñador, un ingeniero y una abogada quisieron resolver el
problema de la escasez hídrica, dejando de usar vertientes y creando una máquina que transforma
la humedad del aire en agua. Un producto nacional que hoy, gracias al programa 100% Nuestro de
Unimarc se puede encontrar en regiones a lo largo del país y donde destinan una parte importante
de su tiempo y sus ganancias en llevar el agua a lugares donde no hay acceso.
Andrés y Horacio Vásquez son hermanos que crecieron en el sector precordillerano de El Arrayan,
uno de los grandes puntos verdes que quedan en la Región Metropolitana. Por el terreno donde
estaba la casa en donde vivían con su familia pasaba el estero que desemboca en el Río Mapocho y
veían como año a año, este iba disminuyendo su caudal, su intensidad y su volumen. “Fue algo con
lo que crecimos y que nos golpeó bastante desde que éramos muy niños”, recuerda Andrés.
Hoy, junto a su hermano Horacio y a Catalina Kissling, son los fundadores y socios de Awa Solar, un
emprendimiento que nace desde las energías renovables y que, usando tecnología 100% chilena y
desarrollada por ellos mismos, permite condensar la humedad del aire y transformarla en agua sin
explotar ninguna fuente natural y con una huella de carbono cero en la producción, ya que toda la
energía que usan viene del sol.
“Nosotros veníamos de las energías renovables, de proyectos eólicos y solares a gran escala, pero
queríamos llegar a un proyecto que pudieran impactar a las personas comunes y corrientes de una
manera real. Estudiamos las principales consecuencias del cambio climático y vimos que podíamos
unir las energías renovables con la generación de agua y así poder mitigar un poco la escasez hídrica
que existe actualmente”, detalla Andrés, diseñador de profesión.
Pero la implementación no fue fácil. Vieron que había iniciativas parecidas a esto y decidieron traer
hidro paneles desde Estados Unidos. Sin embargo, se encontraron con una gran cantidad de
problemas de uso que, finalmente, los obligó a crear su propia máquina, la Airwa 2 y que les permite
producir 200 mil litros anuales con tecnología desarrollada en Chile por el equipo de Awa. Con esto
llegan a su “agua gourmet”, introduciendo los minerales justos para la hidratación y con un proceso
de desinfección que no lleva cloro y la hace más ligera de tomar.
Gracias al programa 100% Nuestro de Unimarc, Awa Solar ingresó a las góndolas del supermercado y
están llegando a 26 locales en 11 regiones del país. Andrés Vasquez cuenta que están vendiendo
cerca de 55 mil latas al mes a través de todos sus canales y que, escogieron a Unimarc, porque
“entendimos que esto era lo que más se ajustaba a nosotros. Potenciar algo que es 100% chileno,
que se está haciendo acá y estamos muy agradecidos de que hayan confiado en nuestro producto y
de los beneficios y lo personalizado que es la iniciativa”.
“Unimarc a través del Programa 100% Nuestro busca poner en valor productos locales, impactar
positivamente en el desarrollo de la economía regional y contribuir de manera concreta en la
entrega de nuevos y mejores productos a nuestros clientes. Productos como AWA Solar, no tan solo
son desarrollados por un emprendedor local, sino que además rescatan importantes atributos de
sostenibilidad, de los cuales cada día son más conscientes nuestros clientes, como son el cambio
climático y la escasez hídrica, buscando atender desde su producto a una problemática social y
ambiental, señaló Marcela Salas, gerenta de Sostenibilidad de SMU.”
Awa para todos y todas
Entre noviembre y diciembre del año pasado se desarrolló en Dubái la Conferencia de la ONU sobre
Cambio Climático, la COP 28. Awa Solar fue seleccionada por ProChile y el Ministerio de Relaciones
Exteriores para ser parte de la delegación chilena en este evento. En la cita pudieron ver la realidad
de la escasez hídrica en países africanos, especialmente en Chad. Estuvieron reunidos con el
Ministerio de Medio Ambiente de allá, para llevar un piloto de generación de agua con su tecnología
y así mejorar las condiciones de vida de las comunidades que se ven más afectadas por este
fenómeno.
Pero esto no es lo único que han hecho. “Nosotros tenemos la convicción de que la responsabilidad
social que debe tener un producto es algo protagónico y es por esto es que destinamos un 10% de
nuestras ganancias para poder llevar agua a comunidades que no tienen acceso a ella”, indica el
diseñador. De esta forma, durante la pandemia vio junto a su hermano en las noticias que iban a
cerrar una escuela en Cabildo porque ya no contaban con agua y decidieron comunicarse con el
director de la Escuela La Viña.
“Le dije que queríamos hacer esta donación (…) Fuimos con camiones y logramos suplir, con más de
40 mil latas de nuestra agua todo el suministro para ese año. Fue muy impresionante. Les estábamos
entregando algo que nosotros damos por sentado, que es agua, pero ellos estaban felices solo por
recibirla y de poder seguir teniendo clases y no tener que irse a la casa”, detalla Andrés.
Para él, para Horacio y Catalina se viene un año lleno de desafíos. Están trabajando en sacar aguas
saborizadas de melón tuna, sandía, limón de pica; un agua tónica y agua para mascotas,
especialmente perros. Además de esto, están cerrando tratos para abastecer de agua a las personas
de algunas faenas mineras, llevando sus máquinas e instalándose ahí; están viendo un proyecto para
hacer tótems de carga en algunos puntos de Santiago y de Chile; y siguen trabajando con la escuela
La Viña en un invernadero 100% sustentable regional, con varios tipos de hortalizas y hierbas
medicinales.
Vásquez concluye señalando que el agua es un derecho, “uno ve como golpea a la gente que no
tiene acceso y es brutal hablarlo con esa cotidianeidad. Sentir que nosotros tenemos un impacto
positivo y que podemos contagiar a más personas a poder hacer cosas que ayuden a mitigar el
cambio climático entre todos, porque es responsabilidad nuestra hoy entregarles un mundo mejor a
las nuevas generaciones”.
Fuente: E-press.