Por Claudia Hasbún Faila
Directora Nacional de la ANEF, CORE Región Metropolitana
Por segunda vez, vivimos un primero de mayo en pandemia donde la crisis sanitaria la seguimos pagando las y los trabajadores y que las inequidades estructurales pueden mellar aún más la dignidad humana ante escenarios desconocidos, como éste, de salud pública. Éstas son las seis deudas que Chile mantiene con sus trabajadores:
- En el transcurso de un año ya vamos en el tercer retiro de fondos previsionales, confirmación de que la crisis la estamos pagando las y los trabajadores, cuando debería haberse solventado por medio de una renta universal de emergencia garantizada.
- Aun así, el Gobierno ha puesto diferentes trabas para impedir el retiro y no ha entregado soluciones realmente efectivas para paliar la crisis.
- Estamos frente a un Gobierno con los niveles más bajos de aprobación de la historia que insiste en establecer reformas laborales, lo que precariza y flexibiliza el trabajo. Esto aumentaría, aún más, la inequidad entre los que ganan más, versus los que ganan menos. Pero, además, la ideología de la flexibilización y la desprotección de la clase trabajadora, está contenida genéticamente en el adn de su gestión, ya que quieren instaurar una reforma al empleo público desarrollada a espaldas de los trabajadores y trabajadoras del sector público. Ésta sólo busca flexibilizar la evaluación del desempeño, dejando a los funcionarios y funcionarias públicas sin posibilidad de defensa, para justificar los despidos y anular la reciente legalización de tutelas laborales para el sector.
- El teletrabajo ha permitido seguir desarrollando las actividades laborales, en periodos de cuarentena. Sin embargo, se profundizan las instancias individuales desarticulando las acciones colectivas de negociación y protección laboral.
- Nos encontramos ante un proceso refundacional del ordenamiento político, administrativo, territorial y económico de nuestro país. Y, en tal sentido, se abre una oportunidad para la clase trabajadora de nuestro país en razón a que se debe garantizar en la nueva constitución los siguiente:
- El derecho a un trabajo digno
- Un modelo que genere mayores oportunidades para que mujeres y hombres puedan tener empleos e ingresos dignos y que fortalezca el diálogo social entre empleadores, trabajadores y Gobierno
- El derecho a una remuneración digna, que permita solventar las necesidades de una familia chilena, independiente de su composición
- Que reconozca el trabajo doméstico y de cuidados estableciendo un “sistema nacional de cuidados”
- El derecho y fortalecimiento de la sindicalización.
- El derecho a negociación colectiva y ramal
- El derecho a huelga, sin sobrerregulación, como sucede en la actualidad.
- El derecho a una vejez digna, con una jubilación mínima igual al sueldo digno, basada en un sistema de seguridad social solidario, de reparto y tripartito.
- Asimismo, hoy debemos -como país- poder repensar y transformar nuestra matriz productiva, agregando un valor agregado que aumente las compensaciones para los trabajadores por las prestaciones de servicio en las cadenas productivas y que establezca un sistema de capacitaciones obligatorio para las y los trabajadores, así como aumentar los niveles de capacitación, tecnificación y profesionalización, según corresponda.
Fuente: Mastermind.