Hasta hace diez años los esfuerzos de los diversos sectores económicos en Chile estaban concentrados en la generación y/o extracción de recursos, sin embargo, la demanda internacional por productos con valor agregado y soluciones ha impulsado una nueva corriente que ha penetrado en todas las industrias locales: la innovación.
Si bien en países desarrollados la inversión en investigación y desarrollo (conocida como I+D) alcanza al 2,5% del Producto Interno Bruto en promedio (OCDE), en Chile, de acuerdo a cifras oficiales, esta cifra llega sólo a un 0,3%. Pese a lo reducido del monto, en los últimos años ha habido un importante auge de la innovación en industrias que requieren de un alto nivel de tecnologización. Tal es el caso de la forestal, donde las empresas están abordando la tarea de transformar ciencia y tecnología en innovación productiva para mejorar su competitividad y, de este modo, lograr no sólo productos con mayor valor agregado sino que un mejor servicio al cliente, con lo cual hoy se hacen cargo, por ejemplo, de colocar sus productos hasta el interior de las tiendas de retail.
El balance en materia de innovación que realiza el presidente de CORMA, Fernando Raga, es que “en Chile, si bien se han hecho cosas, queda un largo camino por recorrer”. Explica que en la actualidad las industrias principales están maduras y su actividad tradicional funciona bien, pero agrega que “los nuevos desafíos de costos, necesidades de crecimiento y dinámica de los mercados hacen inminente un mayor y sustancial esfuerzo en innovación”.
Mejorar la competitividad, la productividad y la agregación de valor son a su juicio los principales desafíos que el sector enfrenta. “En el terreno de la productividad de los bosques, la bioingeniería y la silvicultura plantean grandes ámbitos para la innovación. Para mejorar la competitividad en nuestro país, el transporte y la logística ofrecen grandes oportunidades, mientras que en agregación de valor, la innovación en el ámbito de la construcción debiera ser un área de máxima atención”, detalló. A lo anterior se suman las nuevas alternativas de materiales que es posible generar a partir de la tecnología actual. “Hay un mundo de materiales posibles más allá de la celulosa en el campo de la nanotecnología, con aplicaciones en productos de alta resistencia, por ejemplo para uso militar, de construcción e incluso de tecnologías de información”, explicó.
Desde el mundo empresarial las compañías señalan que han convertido la innovación en parte de su estrategia de negocios para mejorar sus condiciones competitivas de costo, calidad y/o servicio, y ofrecer nuevas y más eficientes soluciones.
Arauco invierte US$ 15 millones en innovación
Como “uno de los pilares más importantes de la compañía” define Arauco la innovación.La firma invierte US$15 millones en esta área, monto que destina a proyectos operacionales, de innovación social, nuevos productos y su centro de investigación científica Bioforest, que este año cumple su aniversario número 25.
Asimismo, hace cuatro años implementó el programa InnovArauco, a través del cual se sistematiza la innovación, creando y potenciando un modelo propio, generando alianzas y trabajo conjunto con otros actores del ecosistema de innovación.
“Estamos conscientes de la relevancia de nuestro rol frente a la innovación, no sólo porque es fundamental para nuestro sector si no para el desarrollo del país. Forma parte de la visión de largo plazo que como compañía tenemos, nos permite potenciar nuestra propuesta de valor para mercados actuales y futuros y agregar valor a nuestro quehacer. Tras cuatro años y tres ciclos de innovación, logramos un aprendizaje que nos permite proyectar y potenciar nuestro modelo, que este año considera una nueva oficina en el centro de Innovación UC”, señaló el gerente de Innovación de la compañía, Francisco Lozano.
El ejecutivo explica que la empresa ha centrado sus esfuerzos en el desarrollo de cinco ámbitos: I+D, nuevos productos, servicios y soluciones, la incorporación de tecnología a nivel operacional, el impulso de su área de Innovación social y el ámbito interno. En el primero, desde la creación de Bioforest en 1990, trabajan mejorando los procesos, la productividad y aplicando conocimiento científico en torno a la madera, el suelo y los bosques. Con ello han logrado una ganancia de 40% en volumen por hectárea en las plantaciones de Pino Radiata establecidas desde el año 2000. En el ámbito de los productos, destaca VESTO, melanina con cobre que posee efectivas propiedades antimicrobianas, producto desarrollado junto a Codelco que durante 2014 alcanzó ventas cercanas a los US$ 100 millones.
A nivel operacional la firma ha incorporado tecnología para maximizar el valor de las plantaciones y optimizar el valor de la materia prima. Un ejemplo de ello es el equipo CT Log (Computer Tomography), un escáner de rayos X en 3D para caracterizar y segregar rollizos en plantas de trozados.
Masisa apuesta a que el 20% del negocio provenga de la innovación
“Buscamos ser reconocidos como la empresa más innovadora de nuestra industria”. Así define la importancia de la innovación al interior de la compañía el gerente de marketing de Masisa Andina, Ignacio González. El ejecutivo explica que consideran la innovación un pilar estratégico, el cual abordan mediante la generación de nuevos negocios y productos de valor agregado que se anticipen a las necesidades de sus clientes y contribuyan al crecimiento de resultados.
Desde 2012 la empresa cuenta con un centro de innovación denominado Masisa Lab, tiene como visión de largo plazo “lograr y mantener un ritmo de innovación donde el 20% de nuestro negocio provenga por productos y servicios que no existían 3 años antes”, señala el ejecutivo. El año 2014 alcanzaron cerca de un 10% de ese objetivo, por lo cual “el desafío es ejecutar y desarrollar negocios innovadores de alto impacto para el mercado latinoamericano”, afirmó el ejecutivo.
Como resultado de todas sus acciones pro innovación, el posicionamiento de marca de la empresa los ubica en el primer lugar del atributo innovación. Para mantener dicho liderazgo, señala González, “hemos seguido reforzando nuestros procesos internos basados en la creatividad y el intra-emprendimiento”.
La permanente búsqueda de innovación de la compañía se refleja en su portafolio diferenciado de productos. Es así como uno de los elementos diferenciadores de los productos Masisa es su valor agregado que se integra en su elaboración y en su entrega final. “Nuestros tableros son producidos con baja emisión de formaldehído (resina adhesiva de la fibra de madera) bajo certificación Clase E-1 según norma europea”, ejemplificó Ignacio González. Asimismo, el año 2010 la empresa fue pionera en agregar una exclusiva protección antimicrobiana a todos los tableros Masisa Melamina, con lo cual disminuyen en un 99,9% la presencia de bacterias y moho en la superficie de los muebles.
En esta misma línea, el año pasado su cartera de innovación contó con 12 proyectos en diversos países. En el caso de Chile destacaron Decora, su nueva línea de revestimientos interiores de pared de fácil instalación; un tablero para el uso de cierres perimetrales de obras de construcción llamado PB cierre perimetral; y Súper MDF, un tablero resistente al agua, garantizado para durar 50 años al exterior sin modificar sus propiedades.
Fuente: Prensa Corporación Chilena de la Madera.