- En su discurso, la Mandataria recalcó que el obstáculo más importante en el país es “la persistente desigualdad, la segregación educacional y urbana, los mercados laborales que no son justos
ni equitativos en la retribución del esfuerzo”.
Esta mañana, la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, participó en la ceremonia inaugural del “IV Congreso del Futuro: Las Encrucijadas del Siglo XXI”, que contará con la participación de reconocidos científicos, intelectuales, economistas, sociólogos y políticos nacionales y extranjeros que debatirán sobre el modo en qué la política y las instituciones democráticas se hacen cargo de los cambios que está haciendo la ciencia.
Junto con la Presidenta de la Cámara Alta, la Senadora Isabel Allende y el Senador Guido Girardi, la Mandataria abrió este encuentro de reflexión, diciendo que “lo que conversamos aquí, simboliza y proyecta lo que muchos conversan en sus casas, en sus trabajos, en sus universidades. Y tradición también, porque este encuentro ocurre aquí, en esta histórica sede del Congreso Nacional de Chile, que por años albergó los más sustanciales debates de esta República. Aquí se han construido muchos de los futuros que nos orientaron en el pasado y hoy nuevamente cobija conversaciones tan relevantes para nuestro porvenir, como la prolongación de la vida, el calentamiento global, las nuevas formas de ejercer la ciudadanía, la inteligencia artificial o el combate a la desigualdad”.
A su vez, la Jefa de Estado remarcó que “todas las personas necesitan saber que hay un horizonte posible para poder organizar su actuar y para darle sentido y eficacia a sus vidas, pero la vida de una nación o de un planeta es mucho más que una suma de futuros individuales. Necesitamos un sentido común acerca del futuro, para colaborar y convivir. Una imagen de futuro colectivo, creíble y legítima es la principal fuente de las expectativas compartidas y también de la confianza, el cemento básico que cohesiona y mueve a la sociedad”.
Y refiriéndose al tema del Congreso señaló que “nuestra historia y nuestro presente está construido sobre los muchos futuros pasados que alguna vez debatimos e hicimos nuestros como sociedad. Esa es nuestra continuidad y es la experiencia con la cual debemos seguir imaginando y construyendo el futuro. Y ella nos enseña muchas cosas, pero una es fundamental: aquellos futuros colectivos que no dialogan con los anhelos y temores cotidianos, no mueven las energías de todos, ni fundan esperanzas realistas, ni fortalecen la cohesión de nuestra comunidad. El futuro o es con todos y para todos, o son simples quimeras que nos dividen”.
“Hoy más que nunca necesitamos futuros colectivos creíbles y movilizadores”, indicó la Presidenta y añadió que “necesitamos articular con sabiduría la voluntad utópica de hacer avanzar los límites de lo conocido, con el realismo y la conciencia de lo posible. Y nos están diciendo eso los jóvenes de los países desarrollados, que creen mayoritariamente que su vida será de menor calidad que la de sus padres. Y también nos lo dicen también nuestros ciudadanos en América Latina, que quieren progresar, pero que no siempre ven líderes que los inspiren ni aliados que los ayuden a remover los obstáculos”.
Proyectando la realidad nacional, la máxima autoridad del país aseveró que “la desigualdad que hoy enfrenta la sociedad chilena, si la proyectamos a un futuro dado únicamente como la continuidad del presente, sólo puede aumentar. Y aquello que distancia a unos compatriotas de otros, puede ser un espacio insalvable para la convivencia que no estamos dispuestos a alentar como sociedad”.
Al finalizar, afirmó que “ese es nuestro desafío concreto, reconocer el deseo de surgir de las clases medias y de los sectores vulnerables, remover los obstáculos que dificultan el avance y crear las certidumbres que protegen lo ganado y crean confianza por lo que está por venir”.
Fuente: Prensa Presidencia de la República de Chile.