- Esta cifra evidencia un incremento en el acceso y la participación de este grupo etario en niveles educativos avanzados, particularmente en institutos profesionales.
- A nivel de educación básica y media, el número de beneficiarios de programas y proyectos educativos para personas mayores de 50 años se ha más que cuadruplicado en los últimos 12 años, reflejando un crecimiento significativo en su alcance.
- Un desafío histórico es el analfabetismo. Un 13,8% de los mayores de 80 años no sabe leer ni escribir y este porcentaje se eleva a 15,4% en zonas rurales.
Santiago, 30 de enero de 2025. El reporte más reciente del Observatorio del Envejecimiento UC-Confuturo, llamado: “Personas mayores de 50 años al aula: Tendencias de participación en espacios de educación formal”, analiza la participación de personas mayores de 50 años en la educación formal en Chile, considerando datos como la alfabetización, los niveles educativos alcanzados, las modalidades de enseñanza y las diferencias de género.
El estudio menciona que las personas mayores presentan niveles educativos más bajos en comparación con generaciones más jóvenes. Esto se ve reflejado en la Encuesta CASEN 2022, en donde un 3,1% de las personas entre 55 y 59 años no sabe leer o escribir, cifra que va aumentando con la edad, alcanzando un 13,8% en el grupo de 80 años o más. En personas mayores de 60, el analfabetismo alcanza el 15,4% en zonas rurales, mientras que en áreas urbanas disminuye en casi 10 puntos porcentuales. Esta condición está estrechamente relacionada con la pobreza, profundizando desigualdades estructurales.
Además, se comenta también que la matrícula de mayores de 50 años en educación superior creció un 157% entre 2013 y 2024, alcanzando casi 27 mil estudiantes, siendo los institutos profesionales los que concentran el mayor porcentaje de inscritos, con un 42,3%, seguidos de universidades privadas con un 27,9%. Esta realidad plantea un nuevo desafío: la intergeneracionalidad en el aula, la que, a pesar de sus beneficios, como el fomento de aprendizajes mutuos, también presenta barreras, como es la adaptación tecnológica y los prejuicios relacionados con la edad.
Existen varias motivaciones de personas mayores de 50+ para volver a estudiar, como la mejora de oportunidades laborales, realización personal y socialización, entre otras, sin embargo, también se encuentran obstáculos como la escasez de tiempo, limitaciones tecnológicas, costos, discriminación etaria y falta de programas adecuados.
Sin embargo, el sistema educativo chileno ha desarrollado diversas modalidades y programas de reescolarización, englobadas en lo que se conoce como Educación para Personas Jóvenes y Adultos (EPJA). Estas iniciativas buscan proporcionar vías flexibles para que las personas mayores de 18 años, con escolaridad incompleta o sin educación formal, puedan completar sus estudios.
También existen otras iniciativas, como el Plan de Alfabetización Contigo Aprendo, que se inició en 2020 y que está dirigido a personas mayores de 15 años que sepan leer y escribir, pero que no hayan asistido a la escuela o completado sus estudios básicos; o el Programa Aprende Mayor, enfocado a personas mayores de 60 años que buscan completar su educación básica, el cual es gratuito, de alcance nacional y liderado por SENAMA, MINEDUC y Banco Santander.
Esto ha generado un aumento considerable en el número de beneficiarios de programas educativos dirigidos a personas mayores de 50 años. En los últimos 12 años, estos programas han registrado un crecimiento del 364% en su cobertura, pasando de 9.154 a 42.478 beneficiarios en 2024.
Para Christian Abello, gerente general de Compañía de Seguros Confuturo, “este nuevo reporte revela la importancia de la continuidad de los estudios en todas las generaciones, especialmente considerando el impacto que ésta puede tener en la trayectoria de vida de las personas y -a su vez- en su bienestar. Por ello, en Confuturo desde el año 2020 desarrollamos un Portal de Formación gratuito, abierto a toda la comunidad, pero con especial foco en temáticas de interés del segmento 60+, donde ofrecemos más de 45 cursos a través de los cuales buscamos que las personas puedan adquirir nuevas herramientas para su día a día y así contribuir a mejorar su calidad de vida”.
En la misma línea, Macarena Rojas, directora de gestión del Observatorio del Envejecimiento UC-Confuturo, comenta que “la educación superior no solo enriquece el desarrollo personal, sino que promueve la integración intergeneracional y refuerza la cohesión social. Es esencial fomentar políticas que faciliten el acceso y permanencia de los mayores en estas instancias formativas”.
El informe subraya la importancia del aprendizaje a lo largo de la vida para garantizar un envejecimiento activo, reducir desigualdades y fortalecer el tejido social.
Fuente: Parla