- En una nueva edición del seminario anual de la Unión Social de Empresarios, Ejecutivos y Emprendedores Cristianos (USEC), el ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Juan Carlos Muñoz, participó en un panel junto a la ex ministra del Trabajo y Previsión Social, María José Zaldívar; el director de empresas y presidente de Pivotes, Bernardo Larraín; y el presidente de la Fundación País Digital, Pelayo Covarrubias.
- En la instancia, los expositores abordaron los desafíos que supone la Inteligencia Artificial (IA) para el desarrollo de las personas, y el rol del estado y de las empresas en este nuevo escenario.
De acuerdo con el estudio “Miradas Globales de la Inteligencia Artificial 2023” de Ipsos, un 60% de los chilenos estima que la Inteligencia Artificial (IA) podría cambiar la forma en la que hace su trabajo y 38% espera que reemplace su trabajo actual. También, 77% cree que el uso de esta tecnología tendrá un impacto significativo o disruptivo en la productividad de su industria. Los datos se complementan con un sondeo realizado por la Unión Social de Empresario Ejecutivos y Emprendedores Cristianos (USEC), en el que participaron empresarios y altos ejecutivos y que arrojó que 88% ve esta herramienta como una oportunidad para el desarrollo de empresas plenamente humanas, altamente productivas y socialmente responsables. Los consultados señalaron que el desafío más complejo estará en la implementación de esta herramienta y la ética en su uso.
Las cifras reflejan algunos de los retos a los que el mundo público y privado se enfrentan en medio de la disrupción que supone la habilitación de esta herramienta. Y justamente estos desafíos fueron abordados por un panel de líderes empresariales y autoridades en la nueva edición del seminario anual de USEC, que bajo el título “Inteligencia Humana: Un desafío para la empresa del futuro”, congregó al ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Juan Carlos Muñoz; a la ex ministra de Trabajo y Previsión Social, María José Zaldívar; al director de empresas y presidente de Pivotes, Bernardo Larraín; y al presidente de la Fundación País Digital, Pelayo Covarrubias.
En la instancia, el jefe de la cartera de Transportes y Telecomunicaciones hizo un llamado a trabajar en conjunto para abordar la revolución de la IA. “El Estado, sector privado y academia tenemos que trabajar de la mano (…) Tenemos que poder discernir sobre cuán seguros estamos de los espacios que le damos a la IA de modo de no cometer errores que nos deshumanicen, que generen una sociedad más desigual y menos cohesionada”, dijo Muñoz, quien agregó que “la cohesión social, lo sabemos en este país, es fundamental”.
Por su parte, la ex ministra María José Zaldívar, aludió a la coyuntura global para reflexionar sobre los efectos que tiene la deshumanización. “Estos días hemos visto en las noticias a lo que puede llegar el ser humano cuando pierde el foco de lo que lo hace persona, cuando pierde la empatía y capacidad de conmoverse”, dijo aludiendo a la guerra que enfrenta a Hamas e Israel. Zaldívar señaló que la IA es una oportunidad para las empresas para generar mayor bienestar a sus trabajadores “porque todas esas tareas que son rutinarias que no necesariamente me alimentan como ser humano, puedo dejar de hacerlas para dedicarme a otras que sí lo hagan de manera mucho más plena”, dijo. Como principal desafío, Zaldívar apuntó a la capacidad de confrontar la información como una habilidad clave para la conducción de este proceso.
Desde el punto de vista de la gestión empresarial, Bernardo Larraín enfatizó en que es necesario que el primer uso de la inteligencia humana esté en la inteligencia colectiva de los directorios para trabajar en la conducción y gobernanza de este proceso “que ya está ocurriendo espontáneamente”. También, agregó que “más importante es que hoy día los colectivos humanos piensen fuera de la caja (…) El desafío para los humanos es usar aquello que es propio de los humanos, su inteligencia, su discernimiento, el pensamiento creativo, la adaptabilidad, el pensamiento fuera de la caja, resolver dilemas éticos, la comprensión de los contextos. Ahí el humano va a hacer la diferencia”.
Visión con la que concordó Pelayo Covarrubias. El presidente de País Digital explicó que por minuto salen nuevas apps y que estas se están “conectando a nuestros procesos productivos. Tenemos que ver en nuestros modelos de negocios cuáles vamos a usar, siempre tendiendo al ser humano al centro, entendiendo que esto es un servicio para el ser humano, y no un fin”. “Tenemos que ser capaces de educarnos en ella”, agregó.
Frente a la ausencia de esta temática en la nueva constitución y la pregunta del rol del Estado para afrontar el escenario que supone la penetración de esta nueva herramienta, el ministro Juan Carlos Muñoz argumentó que “hay un desafío para las políticas públicas de no generar extraordinarias depresiones, frustraciones, desempleo, que nos van a hacer un planeta más desigual y difícil de vivir”. En esa línea, Muñoz explicó que “hay una riqueza potencial arriba de la mesa y tenemos que ser suficientemente astutos y cuidadosos de poder gestionarla de modo que todos nos sintamos cómodos y conformes”. Así, del lado del Estado, y de su cartera, el ministro ejemplificó que con el 5G y la fibra óptica nacional se está haciendo un trabajo fuerte para “sentar las bases para que nadie se quede atrás”.
En tanto, el presidente de USEC, Enrique Cruz, invitó a la audiencia a asumir estos desafíos con convicción: “Es fundamental que todos los actores sociales tengan la capacidad humana, además de contar con políticas regulatorias claramente establecidas, para abordar los desafíos que plantea la Inteligencia Artificial, y garantizar que la dignidad de las personas esté siempre en el centro del desarrollo de esta herramienta”, argumentó. Respecto de la contingencia nacional, Cruz dijo que desde la organización esperan que con el nuevo plebiscito se dé término al proceso con un “pacto social que entregue una nueva institucionalidad a las próximas generaciones y apunte al bienestar de toda y cada una de las partes de nuestra sociedad. Una constitución que ponga a la persona en el centro y reconozca su libertad. Una libertad ordenada al bien común, donde el Estado esté al servicio de las personas”.
Fuente: Nexos