Rigurosas pruebas realizadas en un laboratorio de higiene de última generación verificaron que los motores de acero inoxidable Food Safe de ABB pueden soportar la limpieza frecuente. Los motores continuaron funcionando perfectamente después de ser sometidos a pruebas que simulaban años de funcionamiento en un entorno de lavado continuo.
Mantener la seguridad de los productos en las plantas de alimentos y bebidas requiere estrictas normas de higiene. Incluyendo lavados frecuentes para evitar la contaminación. El riesgo es que los motores eléctricos utilizados en estas instalaciones pueden dañarse a raíz de una limpieza agresiva. Los motores diseñados específicamente para estas aplicaciones pueden ayudar a garantizar la seguridad alimentaria, mejorar la fiabilidad y reducir el riesgo de tiempo de inactividad no programada de la planta.
ABB Food Safe es una línea de motores apta para afrontar el desafío del lavado frecuente. Cuentan con una carcasa de acero inoxidable para resistir la corrosión y protección de ingreso IP69 para garantizar que la pulverización a alta temperatura y alta presión no cause daños. También son fáciles de limpiar, con una superficie exterior lisa y autodrenante que no tiene ángulos donde puedan acumularse los contaminantes.
“Nuestros motores Food Safe ya están en uso en varias plantas de clientes”, dice Tero Helpio, Gerente de Producto Global, motores IEC Food Safe, ABB Motion. “Con el fin de demostrar su rendimiento a largo plazo en condiciones de lavado realistas, trabajamos con un laboratorio de higiene de vanguardia en Västerås, Suecia, para diseñar un conjunto de pruebas que reproduzcan los procedimientos de desinfección de tipo industrial”.
El régimen de prueba reprodujo las prácticas de limpieza típicas en la industria de alimentos y bebidas con un ciclo de siete etapas que representa una semana completa de procedimientos de lavado diarios. Se usó detergente y desinfectante durante cada etapa, con ácido aplicado una vez por ciclo. Esto refleja la práctica industrial común de lavar con ácido una vez a la semana. Se expusieron a temperaturas de hasta 55°C y presiones de hasta 25 bar. En total, se realizaron 158 ciclos, correspondientes a 1.106 lavados diarios o 418 horas totales de prueba.
Dos motores IEC de acero inoxidable Food Safe fueron sometidos a las pruebas y en gran parte no se vieron afectados y aún estaban en pleno funcionamiento al final del programa. En particular, no se encontró agua, condensación o indicios de corrosión dentro de los motores. Las tres juntas tóricas principales y los tapones de drenaje permanecieron apretados
Para fines de comparación también se probó un motor de aluminio pintado estándar. Empezó a deteriorarse muy rápidamente y fracasó mucho antes del final de la prueba. La pintura de la carcasa se inflaba y se descascaraba, y el eje y otros componentes de acero sufrieron una corrosión severa. Los productos químicos de lavado penetraron tanto en la caja terminal como en la carcasa principal, causando cortocircuitos entre las fases y el suelo. La placa de clasificación de aluminio se desprendió del motor.
“Las escamas de pintura, el óxido y las partículas podrían contaminar los productos alimenticios, ocasionando costosas consecuencias” explica Helpio. “Algunas plantas tratan de evitar estos problemas protegiendo sus motores estándar con cubiertas, pero estas cubiertas en realidad causan nuevos problemas. Las partículas de alimentos pueden acumularse dentro de ellas , ocultas a la vista, otorgando la posibilidad de que las bacterias crezcan”.
Los motores de acero inoxidable Food Safe eliminan la necesidad de cubiertas de motor, proporcionando acceso de 360 grados para inspección y desinfección. Las superficies fáciles de limpiar también significan que se necesita menos agua y productos químicos. Las pruebas demuestran que los motores Food Safe resisten con éxito las condiciones de lavado, dando a los operadores de la planta la confianza de que ayudarán a reducir el tiempo de inactividad no programado.
Fuente: Junko Comunicaciones