Especialista de la Usach advierte que el problema, que presentó una mayor cantidad de casos de este segmento etario en 2022, año en que se jugó el Mundial, no tiene una solución inmediata.
De acuerdo a cifras reveladas al diario La Tercera por la psicóloga de la Agrupación de Jugadores en Terapia (Ajuter), Ángela Carmona, en 2022 el 70,4% de los ludópatas eran hombres jóvenes de entre 18 y 40 años. La Copa Mundial de Qatar o el auge de casas de apuestas online serían factores que podrían explicar esta situación.
De acuerdo al neurólogo y coordinador del Diplomado en Neurociencias de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago, Jonathan Wimmer, el hecho de que el perfil de adictos a los juegos de azar se haya concentrado en adultos jóvenes puede deberse a que el área del cerebro que regula e inhibe conductas negativas a largo plazo, la corteza prefrontal dorsolateral, es una de las que más tarda en madurar.
“Todas las adicciones funcionan más o menos parecido, en relación a que activan en el cerebro lo que se llama el sistema de recompensas, que son áreas especializadas en liberar un neurotransmisor que se llama dopamina. Es la liberación de esta dopamina la que genera en el cerebro una sensación de búsqueda, de querer hacer algo”, explica.
“Cuando uno consigue lo que se busca, se libera dopamina en el cerebro y se genera una sensación de placer que ayuda a que disminuya esta otra sensación de querer o necesitar”, complementa. El doctor en ciencias biomédicas puntualiza que ello provoca que el cerebro aprenda conductas para conseguir lo que se quiere, lo que puede terminar provocando adicciones.
Wimmer enfatiza que no hay fórmulas inmediatas para dejar la adicción por las apuestas. “No hay una pastilla para la cura, sino tratamientos a largo plazo y, muchas veces, multidisciplinarios. Por una parte, está lo psicológico y, por otro, la psiquiatría. A nivel individual, hay psicoterapias en adicción”, señala.
Finalmente, advierte que, al comenzar a dejar la adicción, es muy común que se provoque malestar, dado que el cerebro no accede a aquello que le causa satisfacción y que, por eso, se debe acompañar con terapia y evitando estar expuesto a aquello que causa la adicción, así como a las claves ambientales con las que se asocia el juego.
Fuente: Usach.