Recientemente, la población civil de Holanda logró que un tribunal obligara al Gobierno de los Países Bajos a que disminuyan en un 25 por ciento los gases contaminantes de aquí al año 2020. El experto de la Universidad de Santiago, Fernando Estenssoro, expresa que ello no se podría replicar en Chile, al menos por ahora, porque no tenemos un sistema democrático fuertemente institucionalizado y la población no está organizada. “Podemos aprender de este caso, pero es muy difícil alcanzar un objetivo así”, plantea.
La Organización No Gubernamental Urgenda, en conjunto a unos 900 civiles holandeses, estableció un precedente histórico al demandar al Estado de los Países Bajos ante los tribunales de ese país. Hace unos días, la sentencia les dio la razón, obligando al gobierno a que reduzca los índices de CO2 en un 25 por ciento de aquí al año 2020.
Consultado respecto de la posibilidad que se pueda replicar esa demanda en nuestro país, y que un tribunal obligue al gobierno a reducir los gases contaminantes, el experto del Instituto de Estudios Avanzados (Idea) de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Fernando Estenssoro, expresa que ello es poco probable en Chile, al menos por ahora, porque no tenemos un sistema democrático fuertemente institucionalizado y la población no está organizada. “Podemos aprender de este caso, pero es muy difícil alcanzar un objetivo así”, plantea.
Aprender del ejemplo
“Lo que sí es muy importante, es aprender de la experiencia holandesa, y ver cómo su sociedad civil se organiza para hacer valer sus demandas, porque los ciudadanos demuestran cómo deben actuar y dónde tienen que recurrir cuando sus derechos están siendo vulnerados, incluso frente a las decisiones del gobierno. Entonces, hay una resolución judicial que obliga al poder ejecutivo, y en ese sentido es una demostración cívica de organización, donde nos enseñan cómo funciona una sociedad democrática, en que operan efectivamente los mecanismos de solución de controversia”, agrega.
El investigador del Idea, subraya que “los europeos están a la vanguardia en el cambio climático, a diferencia de EE.UU., donde han intentado responder al protocolo de Kioto. Por lo mismo, los europeos son mucho más conscientes en este tema que el gobierno norteamericano. Y la propia Unión Europea se está poniendo metas muy exigentes. Entonces, lo que está haciendo la sociedad civil del viejo continente está en la misma sintonía, y los ciudadanos reclaman que sus autoridades respeten para que haya una mejor calidad de vida en su población. De eso tenemos que aprender ”.
El Protocolo de Kioto es un acuerdo internacional impulsado por las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que tiene por objetivo -para los países que lo suscriben- reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global: dióxido de carbono (CO2), gas metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), y los otros tres son gases industriales fluorados: hidrofluorocarburos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6).
Cambio climático
El cambio climático lo causaron los países ricos de Europa, así como Japón y Estados Unidos, entre otros, “ellos incidieron que el planeta esté en la situación ambiental actual. No es que el resto del mundo sea el culpable. Es el mundo altamente industrializado que para alcanzar el enriquecimiento y llegar a un alto estándar de vida, tuvo que afectar el planeta”, fundamenta.
Agrega que “los europeos no traen sus recursos y empiezan a invertir acá para construir industrias de paneles solares, por ejemplo. No nos traspasan lo que ellos han ganado a costa de nosotros. Y no lo hacen, básicamente, porque no quieren perder el poder; porque el que tiene la tecnología de punta es el que tiene el conocimiento, y el que cuenta con esto último es el que impone las reglas”.
“Porque no se ve que los ricos estén dispuesto a entregar sus riquezas para que los pobres vivan mejor. Por lo mismo, ellos levantan un discurso ambientalista para seguir manteniendo el poder, porque ellos no están dispuestos a bajar su estándar de vida”, concluye el experto.
Fuente: Comunicaciones USACH.