- Donar un órgano no sólo permite vivir a quien lo necesita, sino que también genera una sensación de agradecimiento y tranquilidad en las familias de los donantes.
- Increíbles historias de familias de donantes y de trasplantados se cruzan en las cirugías de este tipo.
Agradecer a las familias de los donantes y reflexionar en torno a la importancia de la donación fue lo que reunió a familiares y pacientes trasplantados, en una ceremonia efectuada en el Hospital Dr. Gustavo Fricke de Viña del Mar, con motivo del primer aniversario de la Agrupación de Pacientes Trasplantados de la Quinta Región.
Olga Jara, es una de las personas que compartió su experiencia sobre el acto de donar: “Mi hijo sufrió un derrame cerebral, pero nada se podía hacer. Debido a eso me enteré que mi hijo había cambiado hace poco su rut, donde él se había puesto de donante. Cuando me llamaron que tenía que confirmar su donación, yo como madre y, en ese momento con el dolor de la pérdida, hubiera dicho que no. Justo estaban mis hijos y ellos dijeron que tenía que respetar la voluntad de él. Después, a través del tiempo, si yo me hubiera negado, me hubiera arrepentido toda mi vida”.
“Yo le diría a la comunidad, a nuestros seres queridos, en que el día que perdamos otro ser en la familia, nunca nos neguemos a entregar los órganos de nuestro familiares, porque nosotros prolongamos la vida de otra persona y eso da tranquilidad”.
La experiencia de Olga, se suma a la de muchas familias que luego de la donación de los órganos de un ser querido, experimentan un proceso de profundo agradecimiento, explica Cristina Toro, enfermera Coordinadora del Programa de Trasplante del Hospital.
Hay una sensación de “plenitud por haberles permitido el acto de donación. En cierto modo las familias quedan agradecidas, quedan comprometidas con la donación, quedan con una sensación de solidaridad, de estar satisfechos, de buscar en cierto modo una presencia de un ser querido que ya no está en otra persona, de cierto modo, logran trascender del estado de fallecimiento y disminuir el dolor”, explica Cristina Toro, Coordinadora del Programa de Trasplante del Hospital Dr. Gustavo Fricke.
En Chile, según cifras de la Corporación Nacional del Trasplante, en la actualidad hay 1.370 personas esperando un trasplante y por ello, la trascendencia de sensibilizar al respecto. “Se habla de la donación como el acto de solidaridad más grande que hay. Yo creo que hay que hay que recobrar eso, la verdadera solidaridad”, comenta Cristina Toro.
Experiencias de trasplantados
Del lado de los trasplantados, el agradecimiento por la oportunidad de seguir viviendo es inconmensurable. Pacientes que recuperan su salud y viven una nueva etapa. Juan Olivares, trasplantado renal desde 1987 relata que producto de la donación “uno nace de nuevo y tiene esperanzas, sueños. Con la donación uno los cumple, cuando me trasplantaron tenía los hijos chicos. Mis hijos salieron de la universidad: un ingeniero, una parvularia y un filósofo. Me dio la vida el órgano que recibí, gracias a Dios tengo cinco nietas, una ya tiene 17 años y va a entrar a la universidad”.
Pedro López, Presidente Agrupación de Trasplantados V Región, explica que “después del trasplante, se necesita mantener ayuda entre sí, apoyo y como agradecimiento a la vida, los pacientes quieren transmitir su experiencia para que otros no vivan lo que han vivido ellos, donde sufre él y su entorno familiar. Por eso están transmitiendo que es importante llevar una vida sana y para las personas que a futuro puedan dar un órgano para que otra persona sea trasplantada. Hay personas que han estado muchos años en espera de trasplante, entonces, es necesario sensibilizar para que otros no vivan lo mismo”.
Acompañamiento permanente
Carolina Andueza, Subdirectora de Gestión del Usuario del establecimiento, informa que el trabajo con los pacientes trasplantados no se agota en la intervención, sino que va mucho más allá. “El brindar una atención integral como establecimiento es prioritario, trabajar con ellos desde una mirada biopsicosocial y espiritual a la vez. Son personas que requieren mucho apoyo durante este largo proceso, que es difícil y muy duro para la familia y también para la comunidad”, indicó.
Por ello, “nuestra misión es apoyarlos, no solo durante la operación y previo a la intervención quirúrgica, sino que estar con ellos durante el proceso de seguimiento y continuidad de su atención durante toda su vida”.
Fuente: Prensa Hospital Dr. Gustavo Fricke.