El economista y coordinador macroeconómico de Clapes UC, Hermann González, la economista y profesora del ESE Business School de la Universidad de los Andes, Cecilia Cifuentes, y la economista y profesora titular de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, Andrea Repetto, participaron hoy en el seminario online “Política económica post plebiscito: ¿qué podemos esperar?”, organizado por Clapes UC y la Fundación de Egresados de la Facultad de Economía y Administración de la Universidad Católica, que fue moderado por el economista de esa casa de estudios y ex superintendente de Valores y Seguros, Fernando Coloma.
Hermann González abordó la situación internacional y los efectos de las reformas económicas internas que se están discutiendo en el país.
La guerra en Ucrania, el bajo crecimiento de China y el alza de tasas por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), son parte de los elementos centrales que afectan a nuestra economía que, como gran parte del mundo, está viviendo cifras de inflación altas.
El gigante asiático crecerá este año cerca de 3%, muy por debajo del 5,5% que se esperaba. La FED está subiendo las tasas de manera acelerada -partió tarde aplicando esta medida- y tal como ha dicho su presidente, Jerome Powell, no cejará en esta política para combatir la inflación. En el pasado, la mayoría de las veces en que Estados Unidos inició un camino de alzas de tasas ha caído en recesión. “El próximo año vamos a tener varios países en recesión, incluido Chile”, acotó Hermann González.
Por el lado positivo, añadió, las presiones de costos están bajando aceleradamente y a su vez las presiones inflacionarias.
En el flanco interno, el país ha estado marcado por reformas: tributaria, de pensiones, 40 horas y salario mínimo, por nombrar algunas.
La incertidumbre económica se ha mantenido alta. Esta se incrementó a finales de 2019, recrudeció por la pandemia y ha seguido alta, lo que afecta la inversión que apenas ha crecido 0,3% anual promedio en la última década.
Las cifras de creación de empleo son prácticamente cero y no se han recuperado los niveles prepandemia.
Asimismo, el impulso a la demanda de los retiros y políticas como el IFE empieza a caer y es probable que la economía chilena se contraiga en torno a 1% en 2023, señaló González.
Cecilia Cifuentes, por su parte, señaló que el país debe recuperar su capacidad de construir consensos, una condición muy importante para que el país recupere el camino del crecimiento.
El FMI esperaba hace una década que Chile tendría un crecimiento 4,5%, similar al crecimiento que esperaba para el mundo.
Sin embargo, en abril de este año esperaba una tasa de crecimiento de 2,5%, pero podría ser más baja, por debajo de lo que crece el mundo.
Lo anterior tiene un impacto directo para poder tener más recursos para el Fisco, para las demandas sociales.
Si Chile hubiera crecido a la tasa de mundo sin las 5 reformas tributarias de la última década, el Fisco habría recaudado US$ 37 mil millones adicionales en 4 años, añadió.
Es importante consensuar un diagnóstico. Todos estamos de acuerdo con que Chile dejó de crecer y debemos volver a hacerlo. El gobierno tiene el diagnóstico que se debe al modelo liberal, al extractivismo y que se debe cambiar el modelo de desarrollo para volver a crecer. “Es un diagnóstico que no comparto, pero consensuemos el diagnóstico”, dijo Cifuentes.
Agregó que hay consenso en que se necesitan más recursos, pero el punto es si se hace con una sexta reforma tributaria que castigue al capital o recuperamos el crecimiento económico.
A lo anterior se suma que las tasas de inversión y de ahorro llevan una década cayendo, una de las causas principales del menor crecimiento, planteó. ¿Por qué? “Si uno analiza el comportamiento de las tasas de inversión y ahorro en los últimos 50 años, tenemos tasas altas entre mediados de los 80 hasta los 2000, cae por la crisis asiática y vuelve a recuperarse en parte debido al boom minero. Termina este boom y caen nuevamente las tasas de ahorro e inversión. “De acuerdo con mi diagnóstico, esta caída obedece a elementos institucionales”, precisó Cecilia Cifuentes.
Otro problema que explica el bajo crecimiento es el capital humano y el crecimiento de largo plazo depende de las habilidades de las personas. A su juicio, no depende de recursos, ya que se han inyectado recursos importantes en educación en los últimos 30 años y Chile es el segundo país de la OCDE que más gasta en educación como porcentaje del PIB considerando la educación pública y privada. Es sobre todo un problema de eficiencia y gestión.
El deterioro institucional esa otro de los factores que explica la caída del ahorro y la inversión. Se ha vulnerado la certeza jurídica y el estado de derecho, se han hecho reformas que castigan el capital, se han deteriorado las finanzas públicas y se han hecho reformas anti-productividad.
Andrea Repetto señaló, en primer lugar, que el actual ajuste económico que vive el país, aunque doloroso es necesario. La falta de recursos para la pandemia que hubo en 2020 terminó en exceso en 2021, las ayudas del gobierno se extendieron cuando no era necesario, lo que de acuerdo con su lectura obedeció más a motivos electorales que a motivos económicos.
Precisó que el costo mensual de las ayudas entregadas fue de US$3000 millones, tres veces lo que el Fisco gasta en transferencias monetarias a las personas en un año sin considerar pensiones solidarias.
“Si bien la inflación en parte es externa, pero también tiene que ver con nuestros excesos y no nos queda más alternativa que hacer lo que estamos haciendo para detenerla”, indicó.
A lo anterior se suma un deterioro fiscal que venía desde 2012 en adelante. La deuda fiscal bruta se triplicó, los activos ahorrados cayeron a la mitad en la última década y si bien se podría decir que aún hay un espacio para endeudarse, es la hora de la consolidación fiscal y de consolidar la deuda.
Esto es importante porque tener un estado endeudado es un estado frágil, que cuando necesita darle un impulso a la economía, no tiene el espacio para hacerlo o cuando se está en circunstancias difíciles, tiene que servir los intereses de la deuda en vez de responder a los programas de ayuda a las familias.
El Banco Central y Hacienda han cumplido su parte. El gasto propuesto en el proyecto de Presupuestos es compatible con la consolidación, sin embargo, agregó, no se ha abordado el debate sobre la composición del gasto.
En el presupuesto hay un ámbito de reactivación económica, otro para seguridades, la ciudadana y socioeconómica, como la pensión universal garantizada y el ingreso mínimo garantizado que se llevan una buena parte de los recursos nuevos. Sin embargo, esto es a costa de otros gastos, se habla de lo que se extiende, pero no lo que se recorta.
Por ejemplo, el presupuesto del Ministerio de Desarrollo Social y Familia (MSDF) crece 12%, pero buena parte se explica por el aumento para el ingreso mínimo garantizado que sube 32%. “Y me parece que el diseño del ingreso mínimo garantizado es deficiente y teníamos otros subsidios como el subsidio al empleo joven y a la mujer que tenían un diseño mejor (…)
El impuesto implícito a los salarios de los trabajadores es muy grande. Cuando tu empleador eleva los salarios, el estado se queda con buena parte de ese aumento y eso es un problema”, explicó Repetto, quien precisó que en el caso del MDSF se recortan fondos para programas se ayuda a grupos vulnerables.
Respecto del debate constitucional señaló que hay elementos para entender que la constitución actual impone limitantes a cambios económicos, ya sea por el texto en sí mismo o su interpretación. Reformas al Sernac –“que no tiene dientes”-, o cuando se discutió la adaptabilidad laboral en que quería hacerse con bancos de horas anuales y titularidad sindical, lo que era razonable, no se pudieron hacer.
Respecto del deterioro constitucional al que se refirió Cecilia Cifuentes, Repetto señaló que su juicio la elite política se alejó de la ciudadanía y es sorda a sus demandas. Asimismo, obedece a que el régimen político, muy presidencialista, no entrega incentivos para la colaboración.
Fuente: Clapes UC.