Es común que “post 18” comencemos a preocuparnos por los kilos de más. Como resultado de esto, los gimnasios y las consultas nutricionales comienzan a llenarse de personas que buscan una solución rápida para lograr resultados efectivos en el menor tiempo posible.
En este contexto, la necesidad de obtener resultados en tan sólo 2 o 3 meses puede resultar difícil de alcanzar. Es importante recordar que las pérdidas de peso saludables deben fluctuar entre 0,5 y 1 kilogramo por semana. Por lo tanto, las personas a menudo recurren a dietas extremadamente estrictas y a largas horas de ejercicio en un esfuerzo por acelerar la pérdida de peso, lo que puede no ser saludable en absoluto.
No obstante, más allá de los cambios estéticos, es fundamental reconocer que preocuparnos por el exceso de peso es esencial para mantener una buena salud en general. La literatura científica lleva años reportando que la obesidad es un importante precursor de enfermedades metabólicas, como la diabetes, la hipertensión arterial y algunos tipos de cáncer.
Este escenario nos brinda una oportunidad valiosa para reflexionar y, en lugar de centrarnos únicamente en un período específico antes del verano, debemos ocuparnos de nuestra salud siempre. Es crucial modificar nuestros hábitos adoptando una alimentación equilibrada que se ajuste a nuestro gasto energético y, además, incorporar más actividad física y ejercicio planificado en nuestra rutina diaria.
Alexis Espinoza
Director Kinesiología
UST Santiago
Fuente: Simplicity