El Foro Económico Mundial (WEF) publicó el Global Risks Report 2023, destacando que durante los próximos dos años la mayor preocupación de la sociedad será el costo de la vida, superando a los desastres naturales y climas extremos, confrontaciones geoeconómicas, fracaso en la mitigación del calentamiento global y la erosión de la cohesión social. Una clara señal, hoy, de que la pérdida de poder adquisitivo y el aumento en el costo de vida es un tema prioritario en el mundo. Llama la atención que la inflación no figuraba en las primeras 10 preocupaciones del mismo reporte en 2022.
En la región, Argentina, Brasil, Colombia, Perú, Venezuela y Uruguay comparten con Chile a la inflación como una de las mayores preocupaciones. Al ver las cifras por país, la primera preocupación para Chile es, coincidentemente, el alza en el costo de la vida, lo cual parece ser evidente, si consideramos que la inflación en doce meses alcanzó el 12,8%, la más alta en 31 años.
En este contexto, las alzas de la tasa de interés realizadas por el Banco Central de Chile pareciera ser una decisión acertada, especialmente cuando el mercado vaticina una inflación a diciembre 2023 alrededor de 5,0%-6,0%, que si bien permanece 300 puntos base sobre el objetivo meta del BCCh, es menos de la mitad del alza en el costo de la vida experimentado el año anterior. Sin embargo, es prudente recordar que el endurecimiento de la política monetaria también genera efectos adversos, como el encarecimiento de los créditos, principalmente a plazos más breves, y disminución de la inversión/empleo, por lo que no es recomendable sostener, temporalmente, una política monetaria de carácter hawkish.
La evidencia señala que la política monetaria es más efectiva para apoyar el crecimiento económico cuando los bancos centrales son independientes, autónomos. En sentido opuesto, es menos efectiva en mercados con falencias institucionales. Este último punto es relevante a nivel nacional, especialmente cuando, de acuerdo con el último estudio del Centro de Estudios de Cohesión Social, la confianza hacia las instituciones ha experimentado una brusca caída.
Sin duda, económicamente, este 2023 será un año desafiante, aunque tímida y gradualmente más auspicioso que el 2022, aliviando levemente el costo de la vida en las personas, en sus bolsillos. Pero, para que eso siga siendo una tendencia, debemos confiar en el trabajo que realiza el Banco Central de Chile, en su autonomía. La sociedad ya entendió su importante labor, o, al menos, su preocupación así lo refleja.
Jorge Sepúlveda
Académico Ingeniería Comercial
Universidad Santo Tomás
Fuente: Simplicity