“Vivimos un minuto histórico de transformaciones en nuestras sociedades, que desafían nuestros conceptos y nuestras formas de relación con la sociedad”, destacó la Gobernante.
En la Sala de Sesiones del ex Congreso Nacional, la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, inauguró la Conferencia Internacional sobre las Relaciones de la Unión Europea y América Latina: “Repensar el mundo”, organizada por el Instituto Igualdad y la Fundación Salvador Allende.
“Estamos convocados no por un simple ejercicio teórico, sino por la fuerza de los cambios y de las urgencias del presente, a preguntarnos acerca del terreno en que nos movemos y de la acción política que en él debemos desplegar. Sin esta reflexión va a ser muy difícil avanzar en la actualización y proyección de nuestra identidad de progresistas y demócratas”, comentó la Gobernante.
En este contexto comentó que “vivimos un minuto histórico de transformaciones en nuestras sociedades, que desafían nuestros conceptos y nuestras formas de relación con la sociedad”.
Añadió que “es un momento de oportunidades y riesgos que, si no sabemos leer finamente, puede implicar un grave retroceso de los valores que representamos y de los beneficios que el progresismo ha implicado para nuestras sociedades, algo impensable hasta hace muy poco”.
Y sentenció: “No es tiempo de desánimos, no es esa la impronta de nuestra larga historia de luchas. Debemos enfrentarlas con la convicción, con la fuerza de nuestras historias y con voluntad inquebrantable, para conducir los cambios en una renovada perspectiva emancipatoria y de justicia social, convocando y motivando a las mayorías sociales para darle sentido y proyectar nuestra acción”.
En este sentido, explicó que “en Chile estamos siguiendo un camino que, por cierto, es muy propio de nuestra realidad. En él hemos tenido aciertos y también dificultades, y me parece que esta experiencia puede enriquecer nuestro diálogo”.
Afirmó que se requiere flexibilidad para actualizar y reconfigurar el mapa del territorio social y político en que actuamos, y explicó que “Chile ha alcanzado importantes niveles de desarrollo para la región, con índices destacados en muchas de sus áreas, pero tiene pendientes importantes, y tiene también realidades nuevas surgidas como consecuencia del propio desarrollo”.
En su discurso, la Mandataria detalló que “la carta donde hemos debido dibujar nuestro curso de navegación, ha cambiado radicalmente en sólo una generación, reflejando los cambios de un país que ha pasado desde la pobreza a una zona de renta media, y que hoy tiene demandas nuevas”.
En esta línea, puntualizó que “en mi Gobierno hemos dado algunos pasos en esa dirección. Lo primero fue cerrar la puerta a la influencia del dinero en la política y regular con mayor fuerza los conflictos de interés. Hemos ampliado los instrumentos que aseguran transparencia, pero también hemos tipificado delitos y hemos aumentado los castigos. Nuestro objetivo ha sido sencillo, tan sencillo como lo que demanda la ciudadanía: parar la corrupción”.
También indicó que se reformaron los partidos para consagrar cuotas de género para ellos; se normó el financiamiento público y la rendición de cuentas; se fortaleció el sistema de primarias abiertas a los ciudadanos; y se reforzó la representación ciudadana mediante reformas al sistema electoral.
“Hace casi tres décadas, iniciamos nuestra marcha para llegar al Chile actual. Si lo primero fue consolidar la democracia y enfrentar la pobreza, el siguiente paso fue sostener, tímidamente al principio, la necesidad de sentar las bases de un sistema de protección social basado en derechos, y luego avanzar hacia una mayor equidad socioeconómica y hacia un sistema político más transparente y representativo”, concluyó la Mandataria.
Fuente: Presidencia.