- El líder del agro, Ricardo Ariztía, añadió que resulta imprescindible que el Estado nos permita tomar decisiones con mayor celeridad”.
- Convocó a los poderes del Estado “para instalar mesas técnicas de trabajo público – privadas en todas las cuencas hidrográficas que lo requieran para determinar anteproyectos y su viabilidad”.
22 de octubre de 2018.- “Chile necesita alrededor de 8 mil millones de dólares en un período de 10 años en proyectos de inversión para responder a la creciente demanda y menor oferta de agua”. Con estas palabras el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Ricardo Ariztía, dio inicio a la XIV versión del Encuentro Nacional del Agro 2018 (Enagro) “Abonos para una agricultura fértil” que este año puso foco en la competitividad.
En el encuentro, al que asistió el Presidente Sebastián Piñera, el líder de la SNA planteó que “los agricultores queremos contribuir y terminar con el inmovilismo. Queremos aportar con ideas y financiamiento de grandes obras de riego. Ello es un imperativo en consideración de las urgentes necesidades que el país tiene”.
En este sentido, dijo que “estamos disponibles para abordar estos desafíos de inversión para que en un esfuerzo público – privado dotemos al país de la infraestructura de riego indispensable para su desarrollo. Para ello, requerimos que el Estado pueda avalarnos en los préstamos necesarios para inversiones de esas dimensiones en el marco de plena certeza jurídica de nuestros derechos”.
“Desde el punto de vista institucional, resulta imprescindible que el Estado nos permita tomar decisiones con mayor celeridad. Para ello, debe eliminar las trabas actuales que dificultan los procesos de inversión. Como, por ejemplo, simplificar y agilizar las normativas medioambientales para hacer tranques intra-prediales; terminar con la demora de 3 a 6 años que tarda la DGA para aprobar los derechos de pozos de aguas subterráneas; despejar las dificultades para trasladar puntos de captación; terminar con la situación en que hay 39 servicios públicos que tienen gestión respecto del agua, superponiéndose, además, entre ellos”, comentó Ariztía.
A su vez propuso que se instalen “mesas técnicas de trabajo público – privadas en todas las cuencas hidrográficas que lo requieran para determinar anteproyectos y su viabilidad”.
Por otra parte, abordó también la importancia de la inclusión de inmigrantes en el mundo laboral, reiterando a que aspiran a que no exista tope de contratación. “Somos entusiastas partidarios de la inclusión de inmigrantes en el mundo laboral a través de un marco legal claro que contenga criterios de flexibilidad”, dijo Ariztía.
Sobre las perspectivas económicas, el presidente de la SNA se mostró optimista. “Para este año prevemos un crecimiento sectorial en torno al 5% y un aumento de las exportaciones de al menos un 10%”, planteó, agregando que “la demanda por los alimentos es enorme y creciente, pero también lo es la exigencia de los consumidores y la competencia, por lo que no podemos quedarnos dormidos”.
En este sentido, enfatizó que “el año pasado se levantaron 47 barreras no arancelarias a las exportaciones nacionales: 21 corresponden a medidas sanitarias o fitosanitarias y 26 son obstáculos técnicos al comercio que afectaron a los envíos nacionales. Esta situación debiera despertar una acción planificada por parte de las autoridades con el fin de exigir reciprocidad en materia comercial”.
“El desafío del país y de la agricultura es cómo ser más competitivos”, sostuvo el líder del gremio, quien enfatizó que “Chile debe velar por el libre comercio y afianzar su capacidad de competir en el mercado mundial”.
Por su parte, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, planteó que “la agricultura está entre los tres sectores que más crecen durante el segundo trimestre del año, llegando a un 7,6%” y destacó que este rubro “está empujando el crecimiento”. Además, resaltó que la creación de empleo del sector se ha acelerado en lo que va del año, mostrando la productividad un incremento importante.
En el panel “Semillas para cosechar competitividad”, el secretario general de la SNA, Juan Pablo Matte, analizó la posición de Chile en materia de competitividad. “En 2008 exportábamos US$12.700 millones en alimentos y proyectábamos que esa cifra aumentara a US$28.000 millones a 2020. A dos años del plazo, estamos muy lejos: a US$13.000 millones de la meta”, precisó, agregando que para avanzar son urgentes las mejoras en infraestructura, imagen país y políticas tributarias y laborales, entre otras.
En esa línea, Matte hizo hincapié en que el agro debe contar con una legislación acorde con la adaptabilidad que requieren sus ciclos y trabajadores. “El Ministerio del Trabajo reactivó el proyecto de ley que establece la indemnización por obra o faena, el que de aprobarse tal como está planteado, producirá un trato indemnizatorio desigual en relación con los contratos a plazo, impactando la generación de empleo y provocando un costo para nuestro sector de aproximadamente US$ 400 millones anuales”.
A su vez, el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción, Patricio Donoso, expuso sobre los desafíos en materia de infraestructura, planteando que se requieren necesidades de inversión para la próxima década de US$175 mil millones, lo que equivale a invertir 7% anual de nuestro PIB.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Exportadores de Fruta, Ronald Bown, se refirió a la marca país como motor de oportunidades para el agro y el encargado de cerrar el panel fue Claudio Muñoz, presidente de Telefónica e Icare, quien profundizó en las nuevas tecnologías al servicio del desarrollo y la agricultura.
Luego en el panel “El terreno en el que estamos sembrando” se abordaron exitosas experiencias empresariales contadas por Luis Chadwick, presidente de Agrícola San Clemente; Mario Pablo Silva, presidente de Vinos de Chile; Marcelo Hoffmann, empresario agrícola; y Gemma Topp, socia fundadora de Agrícola Santa Gemma.
Fuente: B2O.