- Estudio liderado por el académico e investigador del Departamento de Ingeniería Industrial de la Usach, Dr. Juan Pedro Sepúlveda, caracterizó a las nanotiendas o tiendas de barrio en Chile, con el propósito de establecer patrones actuales de comportamiento logístico de estos negocios. La encuesta aplicada consideró la caracterización del local y del negocio, la gestión de las órdenes de compra y entrega de pedidos, el contexto de entrega de los productos y la relación con los proveedores.
Según el Servicio de Impuestos Internos (SII), en Chile existirían cerca de 243 mil microempresas o nanotiendas dedicadas al comercio minorista, las que generaron ventas anuales por menos de $72 millones cada una. La principal característica de los almacenes es que se encuentran ubicados dentro de barrios y ofrecen principalmente productos alimenticios, de aseo y bebidas, orientados a satisfacer la necesidad de consumo en zonas de ingresos medios y bajos. En la Región Metropolitana, el 94% de los almacenes se ubica en comunas con ese nivel de ingresos.
Entre los principales hallazgos de este estudio, destaca que: el capital proviene en su mayoría de ahorros familiares (51,81%) y préstamos informales y créditos bancarios (19,28% cada uno). Respecto a los productos que ofrecen, el 96,39% vende abarrotes, alimentos envasados y golosinas, el 93,98% de ellos vende productos de aseo, un 87,75% ofrece pan y/o embutidos y un 86,75% vende bebidas y/o alcohol. En un porcentaje menor, 75,90%, está la venta de frutas y verduras y la disposición de servicios de la banca como la Caja Vecina, que solo alcanza el 33,73%. Sobre el número de venta de frutas y verduras, el Dr. Sepúlveda señala que “a pesar de ser un porcentaje importante, está el riesgo de la perecebilidad de estos productos. Debido a esto, el volumen que se vende es menor y no está tan presente en la oferta de estas tiendas como lo es el pan y los abarrotes”.
El estudio destaca que “la mayoría de los encuestados otorga crédito a sus clientes y los principales problemas que enfrentan se relacionan con la falta de acceso a tecnologías. Adicionalmente, poseen bajo acceso al crédito. En cuanto a las compras, la modalidad más utilizada es la emisión de orden con entrega posterior y el atributo clave para la elección del mix de productos es el precio de estos. El 76% de los consultados señaló interactuar con más de siete proveedores y la mayoría realiza cinco pedidos a la semana”.
Asimismo, se determinó que el tamaño del local no supera los 20 mts2 y que opera en una mayor proporción al interior de la vivienda del dueño, no contando con bodega, lo que repercute en un menor tamaño de pedido de suministros e incrementando la frecuencia de compras, impactando negativamente en los costos logísticos para el proveedor como para el almacenero. Según el académico, “en Chile la superficie de la vivienda social no debe ser superior a 55 m2, por lo que se infiere que el local podría ocupar el 23% del espacio destinado a la vida familiar, considerando que los almaceneros/as destinan una superficie promedio entre y 20 m2 al negocio”.
De acuerdo con los resultados, se identificaron como áreas de oportunidad: la capacitación en administración de la cadena logística y acceso a las tecnologías para los almacenes, creación de una bolsa de carga electrónica para distribución a los negocios y la creación de uno o más centros de almacenaje y distribución para este tipo de almacenes de barrios. Para el experto en logística, se estima necesario “analizar el rol de Estado en la provisión de esta infraestructura, la que permitirá impulsar el comercio minorista local y reducir las externalidades provocadas por el transporte de carga en la ciudad”.
Fuente: Usach