La economía chilena finalmente cerró 2014 con un crecimiento de 1,9%, prácticamente dos puntos menos de lo que anticipaban las primeras proyecciones para el año. La inversión en la minería fue uno de los detonantes iniciales del ciclo a la baja, que terminó involucrando transversalmente expectativas, consumo y también la inversión en el resto de los sectores.
Las proyecciones de consenso apuntan a un crecimiento menos malo para 2015. Las publicaciones de Latin American Consensus Forecast y Latin Focus a marzo entregan una estimación promedio de 2,8% real y, del último Ipom es posible estimar una proyección de crecimiento implícita de 2,9% para el año.
Este panorama previsto para 2015 refleja los primeros síntomas de reactivación que es posible identificar en algunas variables macro. Estos síntomas se aprecian principalmente en la inversión, en los ingresos de los hogares y en las ventas del comercio, elementos que son favorecidos en distinta intensidad por las políticas monetarias y fiscales más expansivas, el menor precio del petróleo, el mayor dinamismo en EEUU y el repunte en la zona Euro.
Uno de los primeros signos positivos en la coyuntura actual se relaciona con el fin del proceso de contracción de la inversión y una leve recuperación ad portas. Los quantum de importaciones de bienes de capital frenaron su prolongada tendencia declinante de 2013 y 2014, mostrando en el cuarto trimestre de 2014 una variación de sólo -1% en 12 meses, y un repunte de 14% en relación al trimestre inmediatamente anterior.
Este cambio de tendencia de las importaciones de bienes de capital, que se aprecia en varias de sus categorías, tiene el valor de producirse en medio de un importante aumento en sus precios causado por el mayor valor del dólar. Cada unidad importada de bienes de capital durante el cuarto trimestre de 2014 tuvo un precio 11% superior (medido en pesos) al de igual período del año anterior. Esto afecto negativamente el flujo de caja de las empresas. Se trata de una situación muy distinta a la observada entre 2012 y 2013, cuando los precios medidos en pesos permanecieron estables, de la mano de una escasa volatilidad en el tipo de cambio.
Adicionalmente, el rebrote en este tipo de importaciones tiene una dinámica que por ahora no se relaciona con otro tipo de importaciones. Los quantum importados de bienes de consumo se mantienen en descenso y aceleraron su caída a -12,6% en el cuarto trimestre de 2014. Además, los montos importados en lo que va de 2015 siguen deteriorándose a ritmos de dos dígitos.
La inversión en maquinarias y equipos representa del orden de un 40% de la inversión total y depende fundamentalmente de las decisiones de las empresas y de sus expectativas de crecimiento futuro. Un punto de inflexión en este ámbito es una señal auspiciosa y posiblemente ligada en esta ocasión a mejores expectativas en los sectores transables de la economía y también a decisiones de ampliación de sus capacidades productivas.
Ello ya se vislumbra en un importante repunte en las exportaciones industriales, que durante el cuarto trimestre de 2014 elevaron su crecimiento a 7,9% en 12 meses, lo que sobrepasa largamente la expansión de sólo 0,1% observada durante los dos años previos.
Desde otro vértice, también está presente el impulso al gasto en inversiones que el sector público dará a lo largo del año en curso. Estimamos que esto operará como una palanca expansiva, otorgando entre 1 y 2 puntos al crecimiento total de la inversión.
Fuente: Prensa Cámara de Comercio de Santiago.