– “Geolocalización sonora de Huinay: una experiencia desde la bioética”, es un proyecto que busca crear el primer mapa sonoro de dicha localidad, en el que participan estudiantes de Composición Musical y de Ciencias del Mar.
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En septiembre, dos estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) formaron parte del equipo que ejecutó una novedosa investigación de paisaje sonoro, liderada por la compositora y académica del Instituto de Música (IMUS) de la casa de estudios, Valeria Valle. Ésta se desarrolló en el Centro de Investigación y Formación San Ignacio del Huinay, que la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y ENEL tienen en la comuna de Hualaihué, Región de Los Lagos.
“Geolocalización sonora de Huinay: una experiencia desde la bioética”, es un proyecto que busca crear el primer mapa sonoro de dicha localidad, iniciativa se realiza en conjunto con la Escuela de Ciencias del Mar de la PUCV en el marco del Programa de Observación de los Ecosistemas Terrestres y Acuáticos (POETA) de dicho plantel. Los sonidos recopilados durante el trabajo en terreno estarán disponibles en el geoportal observacional GEOOS (GEOOS).
“Hay una máquina con la que trabajamos, que se llama Wildlife Acostics Sounds, que es un programa internacional. Permite recabar los registros de los pájaros de la zona. Tenemos ese equipamiento, más lo necesario para grabar el sonido del agua y las cascadas, los caminos y los animales. Todo eso se va captando”, explicó.
El proyecto fue presentado por la académica a la Dirección de Investigación de la PUCV lo que permitió concretar esta iniciativa de creación artística y realizar esta primera expedición de creación del paisaje sonoro del Fiordo Huinay, el cual estará alojado en la web GEOOS, una plataforma de la Fundación San Ignacio del Huinay de geolocalización que despliega información georreferenciada, procedente de los más importantes portales y proveedores de datos científicos y técnicos nacionales e internacionales, de diferentes áreas del conocimiento, incluida industria, Estado y academia.
La grabación de campo fue realizada en terreno por estudiantes y académicos del IMUS en conjunto con sus pares de Ciencias del Mar. Luego ese registro sonoro será procesado y ubicado en el mapa de la mencionada web.
De acuerdo con Valle, la proyección de este trabajo es tanto científica como artística. “Este proyecto es un impacto en sí mismo, porque permite aportar con un mapa sonoro que dé cuenta de la naturaleza auditiva del fiordo y que sirva como fuente de inspiración para futuras investigaciones”. Al mismo tiempo, la profesora estima que es un proyecto patrimonial y no solo georeferencial.
“La construcción del paisaje sonoro geolocalizado nos sitúa como universidad en una identidad respecto de la educación ambiental y el desarrollo artístico vinculado a la bioética. El valor patrimonial de una manifestación musical que busca la exploración y experimentación teniendo como materia prima el sonido de la naturaleza, permite proyectar diferentes áreas de desarrollo, sin duda será un aporte no solo para la ciencia sino también para el arte. Al ser un proyecto que se alojará en una página web permite que su difusión sea mayor, tenga vinculación con otras instituciones que tienen dentro de sus políticas de trabajo el desarrollo del paisaje sonoro”, detalló la compositora.
Esta expedición, cuenta Valle, permitió a las estudiantes de Licenciatura con mención en Composición del Instituto de Música de la PUCV vivir una nueva experiencia que permite ampliar las posibilidades formativas y laborales futuras, al abrir la composición hacia la creación de paisaje sonoro y del desarrollo de una investigación relacionada directamente con la ciencia.
“Esta es una oportunidad única que permite que nuestro estudiantado tenga la experiencia de registro y realización del paisaje sonoro como parte de la divulgación científica”, afirmó la compositora.
De esta forma trabajaron en recopilar información para la elaboración de un mapa con geolocalización sonora que ayuda a monitorear los ecosistemas para salvaguardarlos de agentes contaminantes.
“Me interesa vincular el arte con la ciencia y, a través del arte, poder narrar o contar, o acercar a la gente a estas dinámicas del cuidado del medioambiente y del ecosistema. Me interesa, como compositora, aportar desde ese lugar”, explicó Valeria Valle.
La idea es ir aportando a nutrir la geolocalización sonora de nuestro entorno para preservar el patrimonio inmaterial y dejar constancia de los cambios que se pueden evidenciar a través de estas sonoridades. “Por ejemplo, yo decía la bajada de las aguas. ¿Cómo varía de un año a otro? Hay más, o menos nieve porque el caudal crece o no. Todas esas observaciones se pueden hacer también desde el entorno sonoro”, narró la investigadora.
Para esta primera investigación, la profesora viajó con dos ayudantes. Una es María Isabel Matas y la otra es Josefa Oyarce, ambas estudiantes del Instituto de Música, de la carrera de Licenciatura con mención en Composición.
“Ellas tienen esta experiencia de darse cuenta de que la música no solamente es eso que va escrito y se toca con instrumento, sino que tiene también estas otras variantes, que es, por ejemplo, la construcción de paisaje sonoro y la elaboración de estos geomapas referenciales a través del sonido. Ellas vivieron la experiencia, supieron lo que era trabajar en el paisaje sonoro, en el entorno, grabando, ocuparon las máquinas, trabajaron con los GPS e hicieron registros. Fue potente para ellas, porque les deja una experiencia distinta a la clase habitual”, afirmó la académica e investigadora de la PUCV.
Según Valle, “este es un ejemplo de cómo, cuando en la universidad se plantea la necesidad de crear nuevas didácticas y metodologías para el aprendizaje del estudiantado, se puede concretar una manera clara de poder vincular a nuestros estudiantes a una experiencia distinta en relación con su profesión, que en este caso será la de composición. Les permite tener más posibilidades para desarrollarse profesionalmente en el futuro. Uno puede ir incorporando distintas variantes de este proceso investigativo que se realiza en Huinay”.
“Esa metodología es potente, porque se puede trabajar en los laboratorios y focalizar la enseñanza. Cuando uno va con un estudiante como ayudante, la dinámica y el aprendizaje es diferente, pues terminan siendo coinvestigadoras conmigo”.
Un aspecto relevante, es que este proyecto permite abrir la perspectiva laboral. “Con esta actividad, los y las estudiantes que participen van a aprender la investigación y, además, se vinculan con otra disciplina que no tiene que ver con el arte. Es importante el trabajo interdisciplinario. Muchas veces pensamos que la música es algo aislado y muchos no saben que existe la posibilidad de realización profesional con otras áreas, aportando desde su oficio. Las alumnas que participaron de esto quedaron muy emocionadas. En esto se dan cuenta que es posible trabajar la divulgación científica desde la investigación. Esto es algo nuevo, que no está en su malla curricular, que les muestra el alcance que pueden llegar a tener”.
En este momento se está trabajando sólo con estudiantes de Composición, pero la idea de los profesores es abrirlo a carreras como Cine, Fotografía, Artes Visuales.
El mapa sonoro es un mapa que se vincula con un concepto. Por ejemplo, el mapa sonoro de las profundidades marinas del litoral de la Quinta Región. Y para ello tendríamos que estudiar cómo la pesca artesanal contribuye a crear un ecosistema más saludable y cómo los barcos que son de pesca de arrastre contaminan acústicamente, lo que hace que la fauna se aleje de las costas, lo que afecta la pesca artesanal. Para eso, en terreno, los investigadores se instalan con los equipos y escuchan los distintos sonidos, que luego son analizados.
ACERCAR LA CIENCIA A LA COMUNIDAD
Por otra parte, el proyecto también apunta a generar obras multimediales que puedan ser usadas para mostrar a la comunidad, que no tiene acceso a lugares como Huinay, las maravillas de ese lugar y la importancia del cuidado del medioambiente. “Otro aspecto importante es el impacto a nivel de público general y en especial en el ámbito escolar, con la realización de diversas actividades enmarcadas en los planes de estudio de música y biología. Ello permitirá que de forma directa cualquier persona pueda acceder a esta disciplina artística y conocer de primera fuente sus reflexiones”, explicó Valle.
La idea es realizar intervenciones que se transformen en una experiencia para las personas, lo que se concretará utilizando una especie de container donde se puedan escuchar estos sonidos y ver imágenes proyectadas de la zona de Huinay para que los asistentes puedan sentir que conocen este lugar. “Queremos entregar una experiencia en la que la gente pueda escuchar los sonidos de Hornopirén y ver un video donde puedan conocer por ejemplo al Chocao, que es un pájaro de esa zona que está en extinción y que hay que cuidarlo y esta muestra se puede realizar donde está la universidad que tiene el mar al frente y en donde se puede hacer una vinculación con el medio super potente. La idea es acercar a la gente a estas temáticas, donde el arte se vuelve más cercano para las personas y a través de esta forma artística de llegar a ellas, pretendemos que estas vivencias se hagan más cercanas. La idea es que sea una muestra itinerante, que vaya un camión con un container que recorra las distintas comunas de la Región de Valparaíso”, contó la compositora.
¿QUÉ ES POETA?
POETA es un programa de monitoreo de largo plazo, de las variables esenciales del clima y de los ecosistemas terrestres y acuáticos de la Patagonia, concebido como uno de los pilares fundamentales para desarrollar los objetivos de investigación y formación de Centro de Investigación y Formación San Ignacio del Huinay.
Es implementado a través de una red de estaciones de monitoreo automáticas, estaciones de muestreo en terreno y percepción remota. Unido al monitoreo de las distintas variables se encuentra el diseño e implementación de un sistema de diagnóstico/ pronóstico basado en modelos numéricos y estadísticos, además de un sistema de gestión de datos y transferencia de conocimiento, denominado GEOOs, que permite el acceso libre y oportuno a los datos e información para la toma de decisiones, bajo una política de datos libres y ciencia replicable
La profesora Valle participó en POETA hace algunos años, que es este programa de observación de ecosistemas terrestres y acuáticos. Y dentro de este proyecto existe la posibilidad de ir al Fiordo Huinay. “En este marco empezamos a ir a este lugar a hacer rescate del patrimonio que estaba siendo investigado. En ese contexto desarrolló el proyecto de creación artística para hacer geolocalización sonora del fiordo. Esto es, registrar con GPS ciertos lugares del fiordo para incrustar esos audios en la página GEOOS que desarrolló la PUCV, que permite aportar datos a la investigación científica e incorporar sonidos que pueden permitir, por ejemplo, notas cómo son las sonoridades en la parte alta de la montaña, la fauna, los sonidos de las cascadas”, subrayó Valle.
Fundación: PUCV.