- Los incendios de principios de febrero en la Quinta Región dejaron a muchos niños y jóvenes sin casa y sin escuela. Bajo este contexto, resulta urgente apoyar a estos estudiantes generando espacios de contención y cuidado.
- “Las escuelas para muchos niños y jóvenes no sólo son el lugar donde aprenden, sino que también son espacios de protección y cuidado donde muchos reciben beneficios sociales, tales como colaciones y útiles. Por ende, esta situación puede generar en los estudiantes sensaciones difíciles de manejar como incertidumbre, estrés, miedo y angustia”, reflexiona Francisca Sáez, Directora Ejecutiva, Corporación Educacional Eventuras, especializada en aprendizaje socioemocional.
El comienzo del año académico 2024 se ha caracterizado por ser particularmente desafiante para numerosos niños y jóvenes, a raíz de los incendios ocurridos en la Quinta Región a principios de febrero, los cuales han impactado significativamente la vuelta a clases. En algunos casos, se ha generado un retraso en el regreso a las aulas, mientras que, en otros, la tragedia ha obligado a estudiantes a trasladarse a nuevos lugares de estudio, ya que sus instituciones educativas fueron completamente destruidas por el siniestro.
Por otro lado, no hay que olvidar a esas familias que quedaron sin casa producto de estos siniestros y, que en este poco tiempo transcurrido de los incendios, han tenido que partir de cero.
“Las escuelas para muchos niños y jóvenes no sólo son el lugar donde aprenden, sino que también son espacios de protección y cuidado donde reciben beneficios sociales, tales como colaciones y útiles. Por ende, esta situación puede generar en los estudiantes y sus familias sensaciones difíciles de manejar como incertidumbre, estrés, miedo y angustia”, reflexiona Francisca Sáez, Directora Ejecutiva, Corporación Educacional Eventuras, especializada en aprendizaje socioemocional.
Ahora, para los niños y niñas que no fueron afectados directamente por los incendios de la Quinta Región, el regreso a clases también implica un desafío emocional importante que debiese ser orientado desde aula por parte de docentes y también integrado por madres, padres y/o apoderados desde casa.
“Al brindar apoyo emocional, se promueve un ambiente escolar positivo que facilita el desarrollo cognitivo y social, permitiendo a los niños enfrentar los desafíos académicos con mayor resiliencia. La gestión emocional adecuada contribuye a un aprendizaje más efectivo, fortalece las habilidades sociales y fomenta una autoestima saludable, estableciendo las bases para un bienestar integral a lo largo de su experiencia educativa y que perdurará toda su vida”, agrega la profesional de Eventuras.
En este aspecto, la educación socioemocional cumple un rol fundamental en el apoyo a los niños durante el regreso a clases al enfocarse en el desarrollo integral de sus habilidades emocionales y sociales. “Al integrar programas que fomenten la inteligencia emocional, la empatía y las habilidades sociales, se capacita a los niños para comprender y gestionar sus emociones, fortalecer relaciones positivas con sus pares y profesores, y enfrentar los desafíos académicos con resiliencia. Estas competencias no sólo contribuyen al bienestar emocional individual, sino que también cultivan un entorno educativo enriquecedor, promoviendo un aprendizaje efectivo, la colaboración y la construcción de comunidades escolares saludables”, recalca Francisca.
Recomendaciones para gestionar la respuesta emocional desde el aula
A continuación, la profesional entrega los siguientes consejos para convertir el aula en un espacio de contención emocional para niños, niñas y jóvenes:
Alfabetización emocional: Fomentar el conocimiento de una amplia gama de emociones, es importante que los estudiantes conozcan sus nombres, reconozcan pistas físicas de esa emoción y sepan detectar cuando la están sintiendo.
Hablar de las emociones: Propiciar un ambiente de seguridad y confianza donde los estudiantes hablen de sus emociones frente a distintos desafíos. Los docentes también pueden hablar de sus emociones ejemplificando y siendo descriptivos para promover el aprendizaje.
Promover la persistencia: Enseñar a través de palabras de aliento y elogios descriptivos el valor de persistir ante un reto difícil. La evidencia ha demostrado que los estudiantes que reciben coaching del proceso en vez del resultado logran adquirir más habilidades de persistencia y manejo de la frustración.
Enseñar proactiva y sistemáticamente estrategias para gestionar la respuesta conductual a las emociones: Las emociones son una experiencia humana que no se puede controlar pero niños, niñas y adultos pueden aprender estrategias como respirar profundo o decir lo que nos está pasando para mejorar las respuestas agresivas o autolesivas a las emociones.
Fuente: LRM Comunicaciones