- Este 11 de mayo se conmemora el Día del Alumno (a) a lo largo de todo Chile, y, bajo este contexto, expertos en educación y salud analizan el nuevo perfil del estudiante post COVID – 19.
- “Post pandemia, los recursos tecnológicos han tomado un papel central en la educación, facilitando metodologías de enseñanza interactivas y personalizadas tanto en el aula como en entornos remotos”, reflexiona Valentina Alvear, Gestora de Innovación y Tecnologías Educativas de Caligrafix, Máster en Tecnologías Educativas y Competencias Digitales
La pandemia ha impactado profundamente a estudiantes en todo el mundo. La transición abrupta hacia el aprendizaje en línea ha traído consigo desafíos notables, que van desde la falta de acceso a recursos tecnológicos hasta dificultades para mantener la concentración en un entorno virtual.
En este contexto, muchos estudiantes han enfrentado sentimientos de aislamiento y soledad debido a la pérdida de interacción social cotidiana con compañeros y maestros. Adicionalmente, la incertidumbre sobre su futuro académico y la preocupación por la salud de ellos mismos y de sus seres queridos exacerbaron los niveles de estrés y ansiedad. Por tanto, la pandemia no solo alteró el proceso de aprendizaje, sino que también posterior a ella, ha afectado significativamente el bienestar emocional y mental de los estudiantes, subrayando la importancia de proporcionar un apoyo integral durante estos tiempos desafiantes.
Cecilia Rojas Silva, Psicóloga, Máster en Psicoterapia de la Universidad de Salamanca, explica que “en la consulta, hemos observado un incremento en los casos relacionados con la ansiedad y con las dificultades para relacionarse con otros niños, así como problemas de apego con padres o adultos a su cargo”.
“Muchos niños y niñas no habían asistido a clases de manera presencial, lo que trajo consigo un estrés que generalmente se enfrenta en edades más tempranas. Este ingreso tardío al colegio ha retrasado ciertos procesos y ha dificultado el bienestar tanto de los niños como de sus padres. Adicionalmente, muchos hitos importantes de la vida escolar, como graduaciones y paseos, no se han llevado a cabo, afectando especialmente a los adolescentes que tuvieron que realizar sus últimos años de secundaria y los primeros años universitarios de manera online. No obstante, principalmente en los niños más pequeños, se observó un aumento en la sintomatología ansiosa al volver a la presencialidad debido a experiencias nuevas y previamente no enfrentadas. Afortunadamente, esta sintomatología ha ido mejorando rápidamente con la presencialidad, beneficiándose de la capacidad de adaptación natural de los niños, especialmente los más pequeños”, agrega la experta.
A raíz de todo lo anterior, hoy estaríamos antes un nuevo perfil de estudiante post pandemia que, según la profesional, “se caracteriza por su capacidad de realizar trabajo de manera autónoma, una habilidad desarrollada debido a las deficiencias del sistema online en cuanto a evaluación, pero que también promovió la responsabilidad personal y la autonomía. No obstante, esto también ha generado una dependencia de la tecnología, especialmente en estudiantes mayores, quienes tienden a realizar actividades en solitario, evitando el trabajo en grupo. Es crucial considerar los recursos personales de cada individuo para equilibrar la autonomía con el potencial aislamiento, observando cualquier cambio en las actitudes de los estudiantes y brindando el apoyo necesario en los momentos adecuados”.
Nueva forma de aprender
Otra característica distintiva del estudiante post-pandemia es el desarrollo de habilidades de aprendizaje facilitadas por el uso de recursos tecnológicos.
“He visto que los niños (as) han adquirido habilidades tecnológicas superiores a las que habrían podido acercarse si no hubieran estado “obligados” a hacerlas propias. Si bien los dispositivos tecnológicos son en general masivos, no todos los niños previos a las cuarentenas tenían acceso a clases en línea, aplicaciones para realizar sus tareas o generar aprendizajes en relación a la tecnología. Creo que este tiempo permitió generar confianza en la tecnología y la optimización de su uso. Creo que esto puede plantear el desafío a los educadores sobre optimizar estas nuevas formas de adquirir la información”, comenta Cecilia Rojas.
Y es justamente acá donde los recursos educativos tecnológicos, a partir de la pandemia, comenzaron a tener un rol protagónico.
Valentina Alvear, Gestora de Innovación y Tecnologías Educativas de Caligrafix, Máster en Tecnologías Educativas y Competencias Digitales, indica que “post pandemia, los recursos tecnológicos han tomado un papel central en la educación, facilitando metodologías de enseñanza interactivas y personalizadas tanto en el aula como en entornos remotos”.
“Desde Caligrafix, consideramos que las herramientas digitales no son sólo complementos, sino recursos educativos esenciales que ofrecen oportunidades para adaptar contenidos, brindar accesibilidad y proporcionar actividades de aprendizaje personalizadas. Estas herramientas facilitan la organización y el seguimiento educativo, siendo cruciales para promover un entorno inclusivo y equitativo. Es esencial que, como recurso pedagógico, las herramientas digitales cumplan con criterios educativos rigurosos y estén bien planificadas, especialmente para potenciar la participación y el progreso de los estudiantes con Necesidades Educativas Especiales (NEE)”, agrega.
Respecto a algunas de las transformaciones positivas que trajo consigo los recursos tecnológicos educativos en y fuera del aula, la profesional señala que “a pesar de los desafíos sin precedentes que la pandemia ha presentado, hemos sido testigos de notables transformaciones positivas en los estudiantes. La resiliencia y creatividad mostradas por los alumnos han sido extraordinarias. Los estudiantes han desarrollado una capacidad de adaptación rápida a nuevas formas de aprendizaje y han mejorado sus habilidades de gestión del tiempo y de trabajo independiente”.
“Por otro lado, el entorno educativo ha visto una integración más profunda de la tecnología, no solo como una herramienta de emergencia, sino como un enriquecedor permanente del proceso educativo. Estos avances no solo han mantenido la continuidad del aprendizaje durante periodos de incertidumbre, sino que también han preparado a los estudiantes para un futuro donde la tecnología y la adaptabilidad serán más cruciales que nunca”, agrega.
Salud y prevención de enfermedades en las aulas
La pandemia ha impulsado una renovada conciencia en los colegios sobre la importancia de la salud y la prevención de enfermedades. Como resultado, los establecimientos educativos están implementando medidas más estrictas de higiene y saneamiento para proteger tanto a estudiantes como al personal escolar. Esta nueva realidad está transformando las operaciones en los colegios, donde la salud y seguridad de la comunidad educativa se han convertido en una prioridad en el contexto post-pandémico.
Respecto a esto, Camilo Silva Pedroza, Médico Cirujano, Clínica CONSAN, enfatiza que “el regreso a las clases presenciales ha incrementado la conciencia sobre la importancia de medidas preventivas de salud entre los estudiantes y el personal educativo. En este nuevo contexto, hay un entendimiento más profundo sobre cómo se transmiten los virus y otras enfermedades, especialmente aquellas que se propagan a través del contacto cercano, como los virus respiratorios o gastrointestinales.”
“Esto se manifiesta en prácticas como el lavado frecuente de manos, el uso adecuado de mascarillas en situaciones de mayor riesgo y la desinfección regular de superficies comunes. Además, la comunidad educativa ha aprendido a ser más vigilante respecto a los síntomas de enfermedad, optando por quedarse en casa cuando están enfermos para prevenir brotes. Esta nueva normativa y conducta han contribuido a un entorno escolar más consciente y preparado para manejar riesgos de salud”, puntualiza.
Fuente: LRM Comunicaciones