- Este problema global es el responsable directo de 1,3 millones de muertes e indirecta de otros cinco millones de decesos cada año. Recientemente, líderes mundiales reunidos en la sede de la ONU en Nueva York, firmaron un compromiso para abordar esta situación que afecta la salud pública, mientras que en Chile se definió como una de las prioridades de la Estrategia Nacional de Salud para 2030.
La resistencia a los antimicrobianos (RAM), también llamada “asesina silenciosa”,[1] ha sido declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las 10 principales amenazas de salud pública que enfrenta la Humanidad. Ocurre cuando los microorganismos se adaptan y sobreviven a los medicamentos diseñados para eliminarlos. El uso excesivo e incorrecto de antibióticos, antivirales y antifúngicos es una de las principales razones de este fenómeno, agravado por el mal uso en humanos y animales. Como resultado, las infecciones se vuelven más difíciles y costosas de tratar, lo que aumenta el riesgo de complicaciones, hospitalizaciones prolongadas y mortalidad.
La OMS documentó en 2019 que, de casi cinco millones de muertes en el mundo asociadas con infecciones bacterianas resistentes a medicamentos, 1,3 millones de ellas estaban relacionadas directamente a la resistencia bacteriana a los antimicrobianos. El 20% de esos decesos fueron en niños menores de cinco años.[2] Asimismo, el organismo ha advertido que, de no actuar de una manera más enérgica, la esperanza media de vida se reduciría en 1,8 años para 2050 a nivel global.
Esta realidad ha llevado a que recientemente, líderes mundiales reunidos en la sede de la ONU en Nueva York, firmaran un compromiso para abordar esta problemática desde otorgar financiamiento, gobernanza y una respuesta coordinada entre países. Mientras que, en Chile se ha establecido como una de las prioridades de la Estrategia Nacional de Salud para 2030, donde el objetivo es reducir el riesgo de emergencia y diseminación de la RAM.[3]
“Como los antibióticos han demostrado salvar muchísimas vidas, su uso y abuso es cada vez más frecuente y extendido en la medicina. Lamentablemente eso hace que los microorganismos que viven con nosotros se sientan presionados a adaptarse y generan rápidamente resistencia a los medicamentos que usamos a diario. Además, la transmisión de las bacterias de persona a persona hace que gente que nunca ha estado expuesta a antibióticos porte bacterias resistentes”, explica el Dr. Ignacio Rodriguez, infectólogo del Hospital de La Florida.
Asimismo, Rodriguez añade que el rápido avance de este problema obliga a todos a tomar conciencia sobre el uso de los antibióticos. “Actualmente, la velocidad con que generan resistencia es mucho mayor a la velocidad con que se crean y fabrican nuevos antibióticos, por lo que cada día que pasa las opciones son menores y más complicadas”.
Educación, sensibilización y cambio en los hábitos pueden hacer la diferencia
El hecho que las bacterias, virus y hongos se vuelvan resistentes a los tratamientos disponibles, conlleva que en un futuro cercano infecciones comunes podrían volverse mortales. Pero ¿cómo podemos detener este avance? Desde una comprensión más profunda de su causa hasta cambios en los hábitos, cada uno puede aportar para frenar este problema creciente y hacer una diferencia significativa. La educación y la sensibilización en torno a este tema son vitales para reducir la RAM.
“El uso responsable de los antibióticos es el pilar principal para poder mantener el problema a raya. Cuando uno usa antibióticos no solo afecta a las bacterias que producen enfermedades, si no, también a todas las que viven con nosotros. Básicamente debemos seleccionar muy bien qué batallas vamos a pelear y tomar antibióticos sólo cuando realmente sea necesario y por el tiempo establecido, ya que tratamientos más cortos o largos, solo generan más bacterias resistentes”, explica el Dr. Rodríguez.
La tecnología médica: aliada contra la resistencia a los antimicrobianos
Uno de los principales lugares donde se genera RAM con mayor frecuencia es en los hospitales y centros de salud, dado que el uso de los antimicrobianos en estos contextos acelera el surgimiento y diseminación del problema, mientras que en pacientes hospitalizados produce estadías más prolongadas, mayores complicaciones y aumentos en los costos de salud.[4]
Y en ese contexto, la innovación y la tecnología médica están desempeñando un papel crucial en la lucha contra la Resistencia a los antimicrobianos. Desde sistemas de diagnóstico rápido que permiten identificar el tipo exacto de bacteria responsable de una infección hasta plataformas de inteligencia artificial que ayudan a predecir patrones de resistencia, las nuevas tecnologías facilitan un uso más preciso y efectivo de los antimicrobianos.
María Magdalena Peres, Gerente Clínico Life Sciences Cono Sur de Becton Dickinson, compañía de tecnología médica líder a nivel global con representación en Argentina y Chile en el Cono Sur, explica el rol clave que tiene la industria en el desarrollo de tecnologías e innovación que permitan abordar la resistencia antimicrobiana, principalmente en centros de salud. “En BD, contribuimos a este desafío global mediante la creación de soluciones que permiten una identificación más rápida y precisa de los patógenos y su resistencia a los antimicrobianos. Esto facilita que los profesionales de la salud puedan tomar decisiones informadas, optimizando el uso de los antibióticos y evitando su sobre prescripción, un factor clave en la propagación de la RAM”.
Finalmente, el Dr. Ignacio Rodriguez, entrega algunas recomendaciones para que, con pequeños cambios de hábitos y algunas acciones, la ciudadanía pueda contribuir a detener el avance de esta amenaza mundial.
Recomendaciones
- Usar antibióticos solo cuando sea necesario: Uno de los mayores errores es consumir antibióticos para tratar resfriados o infecciones virales, como la gripe, en las cuales no tienen ningún efecto. Consulte siempre a su médico y siga estrictamente sus indicaciones.
- Evitar automedicarse: La automedicación es un factor determinante en el mal uso de los antimicrobianos. Recuerde que la automedicación no solo afecta su salud, sino que también contribuye a crear resistencias.
- No interrumpir los tratamientos recetados: Completar los tratamientos recetados es fundamental para garantizar que la infección sea eliminada por completo. Interrumpir el tratamiento antes de tiempo puede dejar microorganismos resistentes en el cuerpo.
- Promover una higiene adecuada: Lavarse las manos frecuentemente y mantener los espacios limpios disminuye las probabilidades de enfermarse y de propagar bacterias y virus.
- Vacunarse: Las vacunas ayudan a prevenir infecciones y, al reducir la necesidad de tratamiento con antimicrobianos, también limitan la posibilidad de crear resistencias.
[1] “Asesina silenciosa: ¿Qué es la resistencia antimicrobiana?”, 2024. https://news.un.org/es/story/2024/09/1533081
[2] “Los líderes mundiales se comprometen a atajar la resistencia antimicrobiana con recursos y acción colectiva”, 2024. https://news.un.org/es/story/2024/09/1533096
[3] “Estrategia Nacional de Salud para los Objetivos Sanitarios al 2030”, pág. 66, 2022, Ministerio de Salud. https://extranet.who.int/countryplanningcycles/planning-cycle-files/estrategia-nacional-de-salud-para-los-objetivos-sanitarios-al-2030
[4] “Plan Nacional contra la Resistencia a los antimicrobianos Chile 2021-2025”, 2021, Ministerio de Salud. https://diprece.minsal.cl/wp-content/uploads/2021/10/PlanNacional-Contra-la-Resistencia-a-los-Antimicrobianos-Chile-2021-2025.pdf
Fuente: Strategika