- La Agencia de Calidad de la Educación dio a conocer hoy los resultados de las evaluaciones Simce y de los Indicadores de Desarrollo Personal y Social, los que muestran un estancamiento en los resultados desde 2010.
- Las autoridades explicaron que se requiere avanzar en políticas de segunda generación al interior de los establecimientos, con el fin de dar un nuevo salto en calidad de la educación.
- Uno de los factores que incide en el alza de resultados de los estudiantes es la expectativa de alcanzar la educación superior.
El Ministro de Educación, Gerardo Varela, junto al Secretario Ejecutivo de la Agencia de Calidad de la Educación, Carlos Henríquez, dieron a conocer hoy los Resultados Educativos 2017, los que corresponden a las evaluaciones Simce y a los Indicadores de Desarrollo Personal y Social. En la oportunidad, destacaron que si bien existen ciertos avances en la última década en los resultados de Matemática y Lectura, se percibe un estancamiento general en los últimos años, lo que plantea importantes desafíos en los procesos de aprendizaje.
Las principales mejoras en los últimos diez años se observan en 4° básico, con un alza de 15 puntos en Matemática y Lectura; y en II medio con un crecimiento de 14 puntos en Matemática. Por otro lado, los resultados muestran una baja significativa en 8° básico en Ciencias Naturales, una caída importante de los hombres en Lectura en 8° básico y II medio, y un estancamiento en los resultados en general en los últimos años.
En el caso de los Indicadores de Desarrollo Personal y Social existen buenas noticias en Participación y formación ciudadana e importantes desafíos en Autoestima y motivación escolar y Hábitos de vida saludable, en todos los niveles educativos.
“Tenemos una importante reducción en las brechas de resultados entre grupos socioeconómicos en enseñanza básica, gracias al avance de los grupos más vulnerables en la última década. Estos resultados demuestran que la focalización de la política pública ha demostrado tener importantes logros, especialmente la Subvención Escolar Preferencial para la enseñanza básica. En contrapartida, los desafíos de aprendizajes de los estudiantes de enseñanza media, obligan a tomar medidas de apoyo y focalización en este nivel”, señaló Carlos Henríquez.
El Secretario Ejecutivo agregó que “los resultados demuestran que nuestro sistema escolar tiene grandes retos respecto a la actitud frente al aprendizaje. Más de la mitad de los estudiantes siente temor a temas académicos, un porcentaje similar piensa que las habilidades académicas no se pueden mejorar y un alto porcentaje de directivos y docentes no cree que sus estudiantes puedan acceder a la educación superior, todos aspectos centrales en que los establecimientos pueden marcar la diferencia e impactar en mayores aprendizajes”.
Actitud frente al aprendizaje: clave para el mejoramiento escolar
Los Resultados Educativos 2017 demuestran que existe una serie de factores que son críticos para mejorar los aprendizajes: las expectativas, la ansiedad académica y la mentalidad de crecimiento, los que pueden ser trabajados por los establecimientos para alcanzar mejores resultados.
Uno de los factores que incide en el alza de resultados de los estudiantes es la expectativa de alcanzar la educación superior. Así, en la medida en que los estudiantes, apoderados, profesores o directivos tienen expectativas positivas sobre su futuro académico, sus resultados mejoran.
En el caso de los estudiantes y apoderados, estas expectativas de llegar a la educación superior alcanzan el 80 y 88% respectivamente, situación que contrasta con las de docentes y directivos, que llegan al 60%. Cuando se analizan los resultados de acuerdo al nivel socioeconómico, la situación se vuelve más compleja, ya que las expectativas de profesores y directivos de los establecimientos más vulnerables del país alcanzan el 30%, contrastando con el 68% y el 75% de estudiantes y apoderados.
En el caso de la ansiedad académica, más de la mitad de los estudiantes (52% en 4° básico y 56% en 8° básico y II medio) declara sentir temor de que las pruebas de Matemática les resulten difíciles, y si bien en 4° básico no existen diferencias significativas entre hombres y mujeres (51% vs 54%), a medida que se avanza en el ciclo escolar, ellas aumentan su ansiedad, llegando al 62% en II medio, mientras los hombres permanecen en torno al 50%.
Por otro lado, la mentalidad de crecimiento es un concepto que explica si confiamos (o no) en la capacidad de mejorar nuestras habilidades. Hablamos de mentalidad de crecimiento cuando los estudiantes creen que las habilidades académicas se pueden mejorar, que los retos son una oportunidad de mejora y que podemos aprender de nuestros errores, elementos que se relacionan con mejores resultados. Al respecto, es preocupante que el 49% de los estudiantes de básica y el 45% de los de media crea que “hay ciertas cosas que simplemente no soy capaz de aprender”, cifra que se acerca al 60% en los sectores más vulnerables.
Brechas de género: avances y desafíos
Un dato sostenido en los últimos años en II medio es que las mujeres cierran la brecha histórica que tenían con los hombres en Matemática, mientras que la diferencia a su favor en Lectura aumenta en la medida que los estudiantes avanzan en su vida escolar. Es importante considerar que, pese a su mayor ansiedad matemática, las mujeres obtienen puntajes equivalentes a los hombres en esta área. Se trata entonces de un “doble esfuerzo” de las estudiantes, principalmente en media.
Por otra parte, los hombres exhiben un fuerte rezago en lectura, baja que se observa principalmente en los cursos superiores y en el grupo socioeconómico (GSE) alto. En 8° básico, en la última década los hombres del GSE alto cayeron 27 puntos y hoy obtienen el mismo resultado que las mujeres del grupo medio alto. En el caso de II medio la situación es más crítica, pues desde 2010 los hombres han caído 35 puntos (llegando a 273), obteniendo resultados iguales a las mujeres del GSE medio. En ambos casos, como pocas veces sucede, el factor más relevante para explicar los resultados no es la condición socioeconómica de los estudiantes, sino su género.
Un factor clave para entender este fenómeno son los hábitos lectores. Mientras la mitad de las alumnas en II medio (50,4 %) dice que la lectura es uno de sus pasatiempos favoritos, solo el 26,4% de los hombres está de acuerdo con esta idea. En la misma línea, prácticamente a la mitad de las mujeres le gusta hablar de libros (46 %), que les regalen libros (49%) o ir a librerías o bibliotecas (44%), mientras en los hombres estos porcentajes caen a 23%, 24% y 21%, respectivamente.
El celular en la sala de clases
El debate sobre la prohibición del celular en el aula ha levantado distintas posturas en Chile y el mundo. Sobre esto, es importante considerar que el 77% de nuestros estudiantes tiene un celular con acceso a internet y pese a que en II medio el 84% de los docentes prohíben su uso, la mitad de los estudiantes declara utilizarlo en clases. Al respecto, Carlos Henríquez señaló que “hoy más que nunca la tecnología debe ser pensada y considerada dentro del aula con una finalidad pedagógica, aprovechando el potencial que presenta: el 86 % de los estudiantes está de acuerdo con que ‘en internet puedo aprender cualquier cosa’, y 8 de cada 10 estudiantes dice que ‘la tecnología le ayuda a estudiar y entender la materia de clases’”.
Sin embargo, un porcentaje igualmente importante (76%) reconoció que “se pierde mucho tiempo por culpa de los celulares”, crítica que es más común entre las mujeres (82%) que en hombres (72%). En el caso de la lectura en formato digital, la mayoría de las alumnas (51%) declara que le acomoda leer en esos formatos, porcentaje que cae al 39 % en los hombres.
“El desafío que se nos plantea es cómo incorporar la tecnología de manera pedagógica en el contexto escolar, definiendo espacios de uso y de regulación, donde cada colegio pueda determinar una política en base a su contexto para generar buenos usos y hacerse cargo de las dificultades”, señaló el Secretario Ejecutivo de la Agencia de Calidad.
Otros resultados
Los resultados 2017 confirman la tendencia de los últimos años: si bien no existen variaciones significativas desde 2010, en la última década se presentan alzas de 15 puntos en Lectura y Matemática en 4° básico, y de 14 puntos en Matemática II medio. También destaca la reducción en la brecha entre GSE observada en 4° básico.
En Lectura la diferencia entre los GSE alto y bajo en la última década se reduce desde 62 a 53 puntos, lo que se explica por un aumento de 13 puntos en el promedio de los estudiantes del GSE bajo. Matemática en 8° básico y Lectura en II medio no presentan variaciones significativas (la caída es observable solo en los hombres), pero existe una baja significativa de 8 puntos en Ciencias Naturales en 8° básico, caída que se observa en todos los GSE y en ambos géneros.
“Estos resultados deben alertar a la política pública más allá del espacio educativo. Para alcanzar el desarrollo requerimos un salto en materia de capacidades, ciencia y tecnología, desafíos estrechamente vinculados a las capacidades de los nuevos profesionales”, dijo Henríquez.
Respecto de los Indicadores de Desarrollo Personal y Social, tanto en enseñanza básica como media se observan respuestas positivas en Participación y formación ciudadana y un desafío particular en Hábitos de vida saludable. En este último punto, los estudiantes que declaran estar en el nivel alto de valoración, decaen a medida que se avanza en los grados: desde 51% en 4° básico a 21% en 8° básico y a solo 16% en II medio.
En ese sentido, Carlos Henríquez destacó que se deben trabajar estas dimensiones: “Los desafíos en torno a los Hábitos de vida saludable son críticos, superando el margen de acción del campo educativo. Es responsabilidad de la política pública y de los establecimientos trabajar y promover la alimentación saludable, la actividad física, las conductas de higiene, educación sexual y prevención de drogas evaluados en esta dimensión”, indicó.
Fuente: Agencia de Calidad de la Educación.