El senador Guido Girardi, miembro de la Comisión de Salud del Senado, denunció a la Superintendencia de Salud, diversas falencias detectadas en los hospitales públicos que atentan contra la dignidad de los pacientes.
El senador Guido Girardi se reunió este lunes con el superintendente de Salud, Sebastián Pablovic, a quien le entregó una serie de antecedentes sobre “ámbitos que tienen que ver con los derechos de los pacientes que no están suficientemente resguardados en los servicios públicos de Salud”.
El senador afirmó que “hace dos semanas visitamos el Hospital San José y estaban los ascensores malos y los baños de todo un piso completamente cerrados. En el Hospital Barros Luco encontramos baños sin urinarios y con personas haciendo cola para orinar en los wc. En otros establecimientos no había asientos o estaban rotos o tenían infraestructura deteriorada”.
Para el senador es “inaceptable que en estos recintos donde acude la gente enferma, muchos de ellos adultos mayores, se deba subir por las escaleras con mucha dificultad o no tengan donde sentarse. Esa es una calidad de servicio que no se puede tolerar”.
El parlamentario agregó que “estas situaciones atentan contra le dignidad de los pacientes y creemos que sería muy importante que se pudiera fiscalizar pues estos ámbito tiene que ver con la relación que la gente tiene en el día a día en los sistemas públicos de Salud. Además de las listas de espera para acceder a los especialistas o largas colas para obtener a los medicamentos lo que más indigna a la gente es el maltrato. Uno es el maltrato verbal de parte de funcionarios que -a veces por sobrecarga de trabajo o poco incentivo a su labor- se desquitan con la gente y otro es el maltrato de la calidad de la infraestructura básica”.
Para Girardi, “estos no son son problemas estructurales o muy caros de solucionar, pero habla de una ceguera de parte de las autoridades de esos servicios y falta de conocimiento de lo que está pasando en los hospitales”.
Por ello el senador señaló que solicitó “al superintendente Sebastián Pablovic, que ha hecho una gran tarea en el último año, que también podamos fiscalizar esos aspectos que tienen que ver con la calidad de los servicios y los derechos de los pacientes que aquí se están vulnerando. Soy uno de los autores de la Ley de los derechos de los pacientes, y nos parece que esto se debe resguardar. Le entregamos estos antecedentes al superintendente y estamos seguros que va a iniciar una investigación sobre estos aspectos que nos parecen esenciales”.
Usted expuso esto hace dos semanas a la Ministra Castillo ¿Hubo algún cambio?
Yo espero que esto sea una instrucción que los directivos del Minsal impartan a todos los directores de servicios de los hospitales. Porque nos parece que es la esencia mínima de dignidad. Hasta ahora no he visto ningún cambio y por eso me parece tan importante que la Superintendencia impulse formalmente acciones de fiscalización, eventualmente de sanción o por último de objetivación de estos hechos para que las autoridades -dado que parece que no todos los directores de servicios o de hospitales, visitan sus recintos- tomen consciencia porque es algo muy agraviante para las personas”.
SUPERINTENDENTE
Por su parte el superintendente de Salud, Sebastián Pablovic, señalo que la institución que dirige “ha desarrollado una estrategia de fiscalización en distintos ámbitos respecto de los derechos de los pacientes. Estamos fiscalizando el cumplimiento de las garantías GES, incentivando a los hospitales para que desarrollen las estrategias adecuadas para cumplir con la acreditación. Hay una meta, un compromiso que se cumple el 30 de junio del próximo año para que los establecimientos de mayor complejidad logren la acreditación”.
Pablovic agregó que “nos hemos dado cuenta que la acreditación, que ve los aspectos clínicos vinculados a la seguridad de la atención, no es suficiente para cambiar la percepción que tienen los usuarios. Existe una percepción subjetiva que tiene que ver con el trato recibido de los profesionales y funcionarios del establecimiento así como también la infraestructura que se pone a su disposición, la calidad del servicio”.
Para el superintendente “ese es uno de los aspectos que estamos preocupados porque a más de dos años de vigencia de la ley de derechos y deberes de los pacientes vemos que todavía hay mucho por avanzar y hacer, tanto en aspectos culturales vinculados al trato de los pacientes, como por que las personas cuando estén en servicios de salud, sientan que se respeta su dignidad”.
Sobre las denuncias planteadas por el senador Girardi, el superintendente de Salud señaló que “dentro de este año vamos a desarrollar varias estrategias para dar cuenta de esta preocupación. No es suficiente lo que estamos haciendo en materia de cierre de brecha de infraestructura, formación de nuevos especialistas, financiamiento de medicamentos de alto costo, la reforma de la Ley de Isapres que vamos a plantear, si es que no nos hacemos cargo de la calidad que las personas están percibiendo de su atención”.
¿La responsabilidad es de los directores de servicios?
En los directores de hospitales, sin duda, pero no en una persona, son todos los equipos directivos los llamados a estar alerta. Individualizar a personas puede ser un exceso si uno se da cuenta que en los hospitales y servicios de Salud hay equipos directivos que están en contacto cotidiano con las personas y toman decisiones vinculadas, por ejemplo, como se tramita el reclamo en las OIRS, como se da cuenta de la capacidad de dar respuesta a esos reclamos o como se dan cuenta de aspectos de infraestructura que pueden ser resueltos de manera más eficiente, pero se mantienen sin solución. Sin duda, hay un tema de gestión, de capacidad de acción y de trabajo en equipo que en algunos hospitales funciona bastante bien y en otros se requiere mayor de parte de sus equipos directivos para ponerse en sintonía con los usuarios de esos establecimientos.
¿Qué corresponde hacer ahora?
Entendemos que la política del garrote no es suficiente. Cuando uno se enfrenta a los establecimientos de salud se da cuenta que hay aspectos culturales que deben ir cambiando que hay ciudadanos mucho más exigentes que antes. Hoy las redes sociales nos ayudan a hacer fiscalización y lo que tenemos que hacer no es sólo buscar un error o falla para sancionar sino que buscar como esa falla refleja problemas de funcionamiento del sistema y como a partir de un informe independiente que pueda elaborar la superintendencia se toman las medidas correctivas por parte de la autoridad”.
¿Cuantos hospitales faltan por acreditar?
La primera meta es que, para el 30 de junio del próximo año, todos los establecimientos de mayor complejidad, alrededor de 60 en el sector público, logren su acreditación. Actualmente estamos en torno a los 27, 28. Es un gran desafío, pero estamos optimistas que en estos dos semestres que quedan llegaremos en torno a los 60 de mayor complejidad, y además está meta es aplicable para los establecimientos privados que también tengan mayor complejidad y quieran dar prestaciones Auge.
¿Qué pasa con el Barros Lucos o el San José mencionados por el senador Girardi?
La acreditación no mide este tipo de factores, pero es muy difícil de explicar que un establecimiento logre la acreditación si tiene problemas de esta calidad percibida. Estamos desarrollando de manera paralela esta estrategia. Por un lado está la acreditación que tiene que ver con la seguridad de atención, disminuir los accidentes, las caídas de camilla, lograr certeza en la gestión de las biopsia, en la ampliación del consentimiento informado previo a las intervenciones quirúrgicas, etc. Todo eso se mide en la acreditación, hay otros aspectos que no se están midiendo, pero sin duda hace difícil explicar que un establecimiento logre la acreditación si es que tiene estas fallas. Por tanto debemos ponernos a la altura de lo que estamos haciendo en acreditación de calidad y también en lo que tiene que ver en respeto a los derechos de los pacientes a la dignidad y la calidad percibida por parte de los usuarios.
Fuente: Prensa senador Guido Girardi.