Esto, luego de que representantes de la Junta de Vigilancia del Rio Limarí plantearan en la comisión de Recursos Hídricos del Senado la dramática situación de los agricultores de la zona a causa de la implacable sequía, el desabastecimiento de agua para la bebida humana, además de la calidad y el tratamiento de las aguas servidas que son vertidas a los cauces naturales.
La presidenta de la referida instancia parlamentaria enfatizó que es urgente que el Estado defina una ley de fomento para el sector, mientras esto sucede planteo que “es urgente que se defina un plan de regional que se haga cargo de esta situación y que en primer lugar ayude a los agricultores a enfrentar las deudas bancarias y tributarias del sector y hacer posible la recuperación de la agricultura en la zona. Estos dirigentes nos indicaron que solo el 10% del total de las hectáreas destinadas para la agricultura están produciendo”.
Asimismo Muñoz enfatizó que “la ley de fomento al riego debe estar focalizada en la zona, el Estado debe entregar a los agricultores asesoría técnica para que ellos tengan la posibilidad de conseguir estos proyectos”.
Del mismo modo, la senadora indicó que “la comisión enviara un oficio a los ministerios de Agricultura, Economía y Relaciones Exteriores haciéndose cargo de una solicitud planteada por los regantes en relación a la competencia desleal suscitada a raíz de la importación de productos traídos desde el Perú tales como aceitunas, paltas y pisco y dijo que “esta situación complejiza aún más el desarrollo económico de este sector”.
Por su parte, el vicepresidente de la Junta de Vigilancia del rio Limarí expresó que la sequía que ha afectado duramente a la provincia del Limarí ha desbastado la matriz productiva de la zona “nos ha dejado una pérdida de cerca de 7000 empleos en la provincia y 14.000 en la región. No tener agua en la región de Atacama y Coquimbo significa el fin de la ruralidad. Nuestra vocación en el Limarí es una vocación agrícola. Queremos mantenerla ya que es nuestra forma de vida. No queremos que ciudades grandes como Ovalle que tiene sobre los 100.000 habitantes dejen de existir por no contar con fuentes de trabajo y por sobre todo, por no tener agua para la bebida humana”, concluyó.
Fuente: Prensa senadora Muñoz.