- Especialista en seguridad del tránsito ve con preocupación la posibilidad de que aumenten los accidentes de tránsito durante estas celebraciones nacionales.
- Aumentar la fiscalización, generar campañas preventivas y endurecer las penas son algunas de las alternativas planteadas para evitar incidentes fatales.
Endurecer las penas para los delitos de conducción bajo estado de influencia del alcohol, una mayor fiscalización policial y la generación de campañas educativas en prevención son algunas de las estrategias que podrían prevenir que en estas Fiestas Patrias aumenten los accidentes de tránsito.
El doctor en Psicología y académico de la Universidad de Talca, Emilio Moyano Díaz, sostuvo que se observa con preocupación lo que puede ocurrir este “18” respecto a siniestros y muertes de tránsito. “La celebración se prolonga hasta el martes y eso significa que, hasta el miércoles en la mañana la gente se va a estar desplazando en sus vehículos a sus lugares de origen y el riesgo se ve incrementado. Es decir, hay un aumento en la exposición de los conductores, peatones y acompañantes”, advirtió.
Al analizar los datos que existen de temporadas anteriores, el especialista en seguridad del tránsito manifestó que las cifras apuntan a 130 incidentes en promedio. “Los últimos cuatro años han mostrado que hay una cifra más o menos pareja de accidentes durante el mes de septiembre, que no es un periodo particularmente alto en este ámbito, más bien entre octubre y enero existe un aumento en Chile”. Sin embargo, pronostica que para septiembre de este año, las cifras pueden ser un poco mayores que el mismo periodo de 2022.
Prevención
Moyano explicó que, para evitar accidentes de tránsito es fundamental contar con fiscalización. “No hay medida más efectiva que el control en espacio público, es decir que, por parte de Carabineros soliciten a los conductores sus licencias de conducir, que estén al día con sus vehículos, etcétera”, enfatizó.
Por esa razón, el académico esperaría que este tipo de acciones aumente durante estas celebraciones. “Debería agudizarse en esta temporada, y que hubiera más presencia policial, más controles automovilísticos y también mediante la tecnología, como radares por exceso de velocidad, etcétera, pero sobre todo, controles personales que impliquen detención del vehículo”.
Además, manifestó que se deberían tomar medidas educativas que apunten a la reducción de conductas de riesgo en el volante con miras al futuro. “En el largo plazo las campañas son siempre bienvenidas en el campo de la prevención de los siniestros de tránsito, ya que tienen un efecto que puede ser eventualmente de tipo inmediato si la campaña está bien focalizada y es de alta intensidad”.
En ese sentido explicó que, este tipo de acciones deben tener una orientación específica y por lo tanto, “no deben ser genéricas, sino que están dirigidas en particular al público más susceptible de sufrir siniestros, que en el caso de Chile y en casi todo el mundo, somos los hombres y particularmente los hombres jóvenes. Entonces habría que focalizarse en esos grupos como blancos para campañas de alta intensidad y la educación como una medida permanente”.
En esa misma línea, el docente sostuvo que uno de los factores que aumenta las conductas de riesgo en la población chilena es su reticencia a acatar las normativas. “El país sigue siendo un país anómico, es decir, que no respeta mucho las normas y en este campo tampoco”.
Penas más duras
Respecto a las consecuencias de infracciones a la Ley de Tránsito, como la conducción bajo la influencia de alcohol, el doctor en Psicología aseguró que éstas son demasiado laxas y no cumplen con el objetivo de disuadir este comportamiento.
“La legislación por conducir bajo la influencia de alcohol, o sea entre 0.3 gr y 0.8 gr por mil en la sangre, es particularmente poco intensa y eso hace que la justicia vaya en contra de un principio de control de la conducta propia de la ciencia psicológica: para que el castigo tenga efecto, tiene que ser de alta intensidad”, recalcó.
Según la actual normativa, si una persona conduce bajo la influencia del alcohol y no genera daños materiales ni lesiones a terceros, solo se le suspende la licencia por tres meses. “En ese sentido, la ley no está bien hecha, especialmente la que consigna conducir bajo la influencia del alcohol. Podrían aumentar las penalidades ahí, sin duda”.
Fuente: Universidad de Talca