Según un reciente estudio publicado por la Revista General Psychiatry, las siestas de entre 5 minutos y menos de dos horas, posteriores al almuerzo, podrían ser buenas para la consolidación de la memoria y las habilidades de pensamiento.
El neurólogo de Clínica Somno, Mario Díaz “es muy normal sentir necesidad de dormir en la tarde y que por lo mismo la siesta parece ser beneficiosa en muchos aspectos. La costumbre de dormir siestas, tan arraigada en muchas localidades pequeñas, se ha suprimido en la vida moderna de las grandes urbes debido a las jornadas continuas de trabajo y las dificultades para volver al domicilio al mediodía. Para que el sueño nocturno y el de las siestas tengan una función restauradora debe ser un sueño normal. Así, por ejemplo, los pacientes que sufren pausas respiratorias durante el sueño (apneas) tendrán más eventos y más alteraciones de la oxigenación mientras más horas duerman. Por otra parte, los pacientes con insomnio tendrán mayores dificultades para conciliar el sueño nocturno si toman siestas durante el día. Un sueño saludable ayuda a tener una vida saludable, por lo que aquellas personas que no padezcan algún trastorno del sueño pueden disfrutar tranquilamente de una siesta si es que la circunstancias lo permiten”.
Los investigadores que llevaron adelante el análisis en China, sometieron a más de 2.200 adultos mayores a una serie de exámenes de salud, que incluyeron análisis de sangre y evaluaciones cognitivas, además de consultarle a todos por sus hábitos de siesta y con qué frecuencia las tomaban.
Luego de inspeccionar los resultados, primero descubrieron que alrededor del 68% de las personas estudiadas dormían siestas y que este grupo, en comparación a quienes declararon no tomarlas, obtuvieron mejores resultados en las pruebas cognitivas y mejores puntuaciones en la conciencia de ubicación, fluidez verbal y la memoria.
Por otro lado, diversos estudios realizados con anterioridad en otras partes del mundo han demostrado también que las siestas breves y frecuentes (de unos 30 minutos unas 4 veces por semana) se han asociado con menores riesgos de desarrollar alzheimer, además de que aquellas personas que toman siestas de más de dos horas presentan una peor función cognitiva.
Lo cierto es que las siestas en su justa medida pueden ser un aporte a nuestra salud y las demasiado largas pueden empeorarla, por eso desde Clínica Somno entregan algunos tips para detectar si es adecuado o no acudir a un descanso en la mitad del día:
- Si sientes demasiada fatiga o somnolencia durante el día, puede ser una opción para aliviarte.
- Si sabes que la noche siguiente no podrás dormir una cantidad de horas adecuadas, producto de un turno de trabajo nocturno por ejemplo, una buena opción es tomar una siesta breve.
- Si a medida que pasa el tiempo sientes que tu necesidad de tomar siestas incrementa sin motivo aparente, la recomendación es acudir a un especialista en sueño para evaluar la situación de salud y encontrar las causas del agotamiento.
Fuente: Vital Comunicaciones