Un elemento clave tras el deterioro de casi un 6% observado en la prueba TIMMS de 8º básico, que rompe el crecimiento sostenido de las últimas dos décadas en los aprendizajes de matemática, es el cierre de establecimientos por COVID. Según UNICEF, las escuelas de América Latina y el Caribe estuvieron cerradas 158 días en promedio, siendo Chile uno de los países con mayor tiempo de educación escolar funcionando principalmente a distancia.
Pese a que la experiencia de cierre fue la misma, los resultados TIMMS en 4º básico se observan estables respecto de 2019. Si bien es necesario un estudio más profundo, es posible hipotetizar que la manera en que se ha llevado a cabo la priorización curricular, medida de mitigación a los desafíos educativos de la virtualidad, puede haber incidido en los resultados de 8º básico. No así en 4º básico.
Ahora bien, la implementación de situaciones variadas y flexibles que buscó la priorización curricular, en tiempos post COVID, pueden orientar la necesaria adopción de un enfoque transversal que permita una formación contextualizada para entender el mundo y resolver problemas reales y que vincule, explícita y tempranamente, la matemática con otras áreas como la tecnología, la informática, la física y la ingeniería.
Si bien la correcta implementación de los nuevos estándares puede transformar la calidad docente, se requiere de un importante esfuerzo de articulación entre la educación escolar y la educación superior. En este sentido, el compromiso de las facultades de Educación es adaptar rápidamente la formación inicial y continuar los avances disciplinares, metodológicos y en el campo de las tecnologías educativas, para así ofrecer herramientas efectivas a los y las docentes de todos los sectores educativos.
Fuente: Simplicity.