El especialista en educación y académico de la Usach, Mario Sobarzo, consideró deficiente la estrategia del Ministerio de Educación para subsanar la brecha digital entre estudiantes de distintos niveles socioeconómicos. “No corresponde comparar los aprendizajes de los estudiantes sobre la base de un año normal, en un contexto de emergencia”, agregó.
A raíz de los negativos resultados del ‘Diagnóstico Integral de Aprendizajes’, trascendió que el Gobierno estaría evaluando impulsar la “obligatoriedad” del retorno a clases presenciales a partir de julio. Según el estudio, los estudiantes de enseñanza media no han alcanzado el 60% de los aprendizajes necesarios en 2020.
El experto en educación y académico de la Universidad de Santiago, Mario Sobarzo, reconoció que el diagnóstico “es bastante malo”. No obstante, consideró que parte importante de este resultado se explica por “una carencia de estrategia y apoyo desde el Ministerio de Educación a las y los profesores”.
“Quizás, el tema más grave es el de la conectividad. Es difícil que puedan aprender mucho más las y los estudiantes si tenemos ese problema”, enfatizó. “En ese sentido, la responsabilidad aquí también radica en que el proceso de aulas virtuales y educación a distancia no haya sido mejor implementado”, afirmó.
El académico citó un estudio del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales de 2020, que concluyó que sólo el 29% de los estudiantes de bajos recursos pudo tener clases a distancia mediante un computador propio, demostrando brechas en el acceso de Internet, tecnología y material impreso o digital.
“El Ministerio de Educación tuvo un año completo para hacer un diagnóstico, adecuando las condiciones de conectividad o los problemas de aprendizaje, pero durante un año, lo único que hizo el ministro fue pelear con los profesores para que volvieran a clases. Esa fue su gran preocupación y ahora vuelve con lo mismo”, criticó.
Finalmente, el académico apuntó, también, a la pandemia y cómo afecta la situación de las comunidades escolares. “Cualquier persona que está viviendo una crisis económica en su hogar, por mucho que queramos que aprenda no lo va a lograr. Ahí también hay una mirada muy tecnocrática”, indicó.
“No sólo le endosemos la culpa a la presencialidad. Tengamos en cuenta que estamos viviendo una emergencia sanitaria y que sabíamos que en un contexto como este no hay una situación de normalidad. No corresponde comparar los aprendizajes de los estudiantes sobre la base de un año normal, en un contexto de emergencia”, concluyó.
Fuente: USACH