Santiago, 17 de octubre de 2019.-
Con una veintena de camillas y simulando enfermos postrados frente a La Moneda en el sector del Paseo Bulnes, Greenpeace alertó respecto de las graves consecuencias a la salud que durante décadas ha tenido el uso del carbón en las zonas de sacrificio del país y la necesidad de que el presidente Piñera acelere el plan de cierre de las termoeléctricas.
“Con esta acción queremos que se haga visible y evidente el drama que miles de chilenos, especialmente los niños, soportan todos los días en las zonas de sacrificio. Se trata de una situación límite y que resulta inaceptable. El presidente no solo debe, sino que puede acelerar el cierre de las termoeléctricas que se han encargado de quitar años de vida a miles de chilenos. El presidente no necesita el permiso de las empresas, como el de la transnacional AES Gener, sino ambición y verdadero liderazgo climático”, señaló Mauricio Ceballos, vocero de Greenpeace.
Por su parte, Katta Alonso, presidenta de Agrupación de Mujeres en Zona de Sacrificio en Quintero-Puchuncaví dijo: “La situación ya no resiste más y ahora tenemos niños que no están terminando su año escolar y que han debido mudarse de la zona para seguir viviendo. Así de dramática es la situación. ¿Cómo el presidente puede decir que los niños en su gobierno son los primeros en la fila si es que en Quintero-Puchuncaví no tienen fuerzas ni para sostenerse en una fila”.
Este contexto, desde la ONG medioambiental señalaron que el plan de descarbonización del gobierno está lejos de convertir al presidente en el líder climático con el cual La Moneda se ha empeñado en definir el accionar del presidente Piñera, especialmente en su rol de anfitrión de la próxima COP25.
“¿Qué explicación va a dar el presidente Piñera a los líderes mundiales y a la propia Greta Thunberg cuando vean con sus propios ojos lo que sucede en Quintero-Puchuncaví. El bochorno va a ser enorme”, señaló Ceballos.
Y agregó: “Los distintos gobiernos tienen una gran responsabilidad, pero también es necesario destacar el rol contaminante de empresas del Estado y también de compañías como la estadounidense AES Gener que han operado en la práctica como cómplices en el deterioro de la calidad de vida de nuestros compatriotas”.
En su acción en el centro de Santiago, Greenpeace expuso las múltiples afectaciones a la salud (como asma, bronquitis, accidentes cerebrovasculares o cáncer pulmonar) que los vecinos de Quintero-Puchuncaví han debido enfrentar por décadas y donde un tercio de los intoxicados corresponde a menores de 14 años.
“No se puede entender que el Estado todavía no sepa de qué se está envenenando a la gente y que las empresas, públicas y privadas, se lancen de manera mutua la responsabilidad de lo que está pasando en la zona. Todo, por cierto, con una autoridad que permite que exista un promedio un varamiento de carbón cada 2.5 días, que los vecinos tengan la presencia de arsénico en pelo y uñas, y que la Defensoría de la Niñez informe que hay 17 derechos de los menores que están siendo vulnerados”, dijo el representante de Greenpeace.
Respecto del plan de descarbonización anunciado por el gobierno, desde Greenpeace señalaron que proyectar el fin del carbón al 2040 no es ambición ni liderazgo. “Por eso es que propio el gobierno se ha dado cuenta de esta contradicción. El presidente está a tiempo de hacerlo y sería un paso trascendental que los plazos se acorten al 2030. Con las inversiones necesarias es un proceso completamente factible. De hecho, el presidente Piñera no debe pedir permiso a las empresas, sino que la ley lo faculta para adelantar los cierres y ahora sí liderar una gran transformación hacia las energías limpias y renovables”, concluyó Mauricio Ceballos.