Este esfuerzo de contabilizar a “los que no cuentan”, pionero en un Censo, incluyó a quienes pernoctan en hospederías, casas de acogida y residencias compartidas. En algunas comunas de distintas regiones, voluntarios y funcionarios del Hogar, también colaboraron en salir a cenar a quienes viven en la calle.
Funcionarios y voluntarios del Hogar de Cristo censaron a los beneficiarios de los programas que la causa del Padre Hurtado desarrolla para “personas en situación de calle” en todo el país. Esto incluye Hospederías, Casas de Acogida y Residencias de Adultos Mayores y suma preliminarmente a casi 3 mil personas.
A este número se agrega el que resulte de la colaboración de algunos funcionarios y voluntarios del Hogar de Cristo que participaron apoyando el conteo de personas en “rutas de calle”.
El Censo 2017, que se realizó este miércoles 19 de abril, tiene la particularidad de que el INE convocó a todas las fundaciones y oenegés que se ocupan de las personas en situación de calle a participar con el objetivo de contar a esos chilenos que no tienen un techo o domicilio conocido y que el Registro Social de Personas sin Hogar, realizado en 2011 por el Ministerio de Desarrollo Social, estimó en 12 mil chilenos. En el caso de las personas en situación de calle, el Censo 2017 se inició en la noche del martes 18 de abril.
En la Casa de Acogida “Jose Van Der Rest” del Hogar de Cristo, ubicado al lado del Santuario del Padre Hurtado, en la comuna de Estación Central de Santiago, se dio la partida oficial y simbólica a la contabilización de personas en situación de calle en el marco del Censo 2017.
Allí llegan a diario más de 100 hombres que tienen sobre 50 años y se encuentran en esa situación. En la Casa de Acogida “Jose Van Der Rest” reciben alimentación y atención psicosocial. La noche del martes pasado, el Director Social Nacional del Hogar de Cristo, Paulo Egenau, recibió al Ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza, a la directora del Instituto Nacional de Estadísticas, Ximena Clark, y a la Seremi de Desarrollo Social, María Eugenia Fernández. Todos fueron testigos de la aplicación del cuestionario censal 2017 a los usuarios de esa hospedería histórica, realizado por funcionarios y voluntarios del Hogar de Cristo, tarea para la que fueron capacitados especialmente.
En este caso, la encuesta aplicada correspondió a “Vivienda Colectiva”, que es el mismo instrumento que se utiliza para hoteles, hospitales, compañías de bomberos y establecimientos de acogida para adultos mayores, entre otros.
Actos similares, con autoridades locales, se llevaron a cabo en residencias en varias regiones del país, relevando la expertise que tiene el Hogar de Cristo en el apoyo a los más pobres entre los pobres, las personas en situación de calle.
La importancia de esta iniciativa inclusiva y democrática fue descrita así por el director de operaciones sociales del Hogar de Cristo, el asistente social Andrés Millar: “Esto significa hacer visible lo invisible, lo que ocultamos porque nos enfrenta a nuestro egoísmo, falta de solidaridad, discriminación. Visibilizar a las personas en situación de calle, censándolas, sirve justamente para conocer esa realidad y, desde ese conocimiento, combatir el prejuicio. El prejuicio nace del desconocimiento y de la negación de la realidad del otro. Eso es en lo humano. En lo concreto, manejar el número de personas en situación de calle facilitará la definición de programas y de políticas públicas más acordes con la realidad de esos chilenos. Sólo así podremos verlos, integrarlos, contribuir a que se paren por sí mismos y hacer todos juntos un Chile más digno y justo”.
Funcionarios y voluntarios del Hogar de Cristo también salieron a terreno como colaboradores del Censo en su “operativo calle”, a trabajar en puntos específicos de las ciudades. Hay que señalar que el Censo se organizó a lo largo del país de manera comunal y cada comuna tuvo diferentes maneras de abordar el conteo de las personas en situación de calle, por lo que las rutas y fórmulas específicas para encontrar a estos chilenos no fue igual de comuna en comuna, lo que dependió de las características del territorio a censar.
Las personas en situación de calle son de hábitos nómades, de movimientos impredecibles, lo que hace necesario controlar muy bien que no hubiera duplicación en el conteo. Estaban también las dificultades propias de interrogar a personas con consumo problemático de drogas y/o alcohol o evidentes problemas de salud mental. Para abordar esas dificultades sirvió mucho la experiencia de los funcionarios y voluntarios del Hogar de Cristo.
Fuente: Hogar de Cristo.