“Los chilenos se preguntan si el objetivo final de las reformas es de verdad lograr la inclusión, un país más justo y equitativo, o si sólo son consignas para impulsar transformaciones ideológicas”, dijo el parlamentario.
El diputado de la UDI Enrique van Rysselberghe se refirió a la baja aprobación en las encuestas de la Presidenta Michelle Bachelet, cifras que –según dijo el parlamentario- se han convertido en una constante en el último tiempo y que alertan sobre la necesidad de aplicar cambios a la brevedad.
“No cabe duda que el mes de febrero es el peor evaluado del gobierno de la Presidenta Bachelet. Y si bien todo el mundo sabe la razón, los negocios de la familia presidencial, es evidente que el juicio de la opinión pública también afecta a la errada y errática forma de manejar la crisis que tuvo primero el gobierno y luego la propia Jefa de Estado”, señaló.
Y es que para el legislador, “con 31% de aprobación y 56% de desaprobación, la Presidenta Bachelet consigue en febrero la peor evaluación de sus once meses de gobierno. Y ocurre con un lamentable episodio que, con independencia de cómo se resuelva, marcará la imagen futura de la mandataria y de su gestión”.
“De algún modo los chilenos se preguntan si el objetivo final de las reformas es de verdad lograr la inclusión, un país más justo y equitativo, o si sólo son consignas para impulsar transformaciones ideológicas, pues a nadie le cuadra que el gobierno hable de justicia y de igualdad de oportunidades para todos, mientras la familia presidencial ocupa sus influencias y poder para conseguir utilidades millonarias en un negocio inmobiliario”, expresó Van Rysselberghe.
En esa línea, el diputado de la UDI subrayó que “es de verdad inquietante que el 70% no le crea a la presidenta, porque esa incredulidad claramente se proyectará hacía las promesas y objetivos del gobierno; y de no mediar una acción reparadora eficaz, también puede afectar las bases del sistema político”.
“En un país presidencialista se espera de los jefes de estado un estándar de conducta superior, acorde con la responsabilidad y esperanzas depositadas en la figura del mandatario. Y si la figura presidencial se sigue debilitando como ocurre hoy, claramente pierde consistencia uno de los principales soportes de nuestro sistema institucional”, finalizó Enrique van Rysselberghe.
Fuente: Prensa Comité Diputados UDI.