- Uno de cada tres estudiantes declara ser víctima de agresiones de forma regular, de manera física, verbal o a través del ciberbullying. La Fundación Patio Vivo reunió a directivos de establecimientos de distintas regiones del país, quienes compartieron experiencias sobre la disminución de conflictos gracias a espacios intervenidos con naturaleza y juegos.
Santiago, 13 de noviembre de 2024.- Aprender con las manos en la tierra, generar conciencia ambiental y de la huella de carbono, y promover relaciones colaborativas a través del juego entre pares, son algunos de los beneficios detectados en patios de establecimientos educacionales que han sido transformados con la incorporación de naturaleza y estructuras de juego construidos con materiales nobles como la madera.
La Fundación Patio Vivo cumplió 10 años realizando este tipo de intervenciones, que ya alcanzan los 90 establecimientos educacionales a lo largo de todo Chile. Para conmemorar este hito, reunió en Santiago a directivos, profesores, sostenedores, arquitectos, académicos y personas ligadas al medio ambiente de varios de esos recintos, instancia en que la violencia escolar que afecta hoy al sistema educacional en Chile fue uno de los puntos planteados como una de las principales preocupaciones. Patios activos con naturaleza y juego fueron sugeridos como una de las herramientas para contener este fenómeno.
“Hemos observado un cuádruple impacto de la promoción de la naturaleza en los establecimientos educacionales: los niños colaboran más entre ellos al tener que inventar nuevos juegos en estos espacios que se les ofrecen y adquieren diversas habilidades para la vida, como la perseverancia, la empatía y la resiliencia, se genera una mayor conciencia del cuidado del medioambiente, mejora el clima escolar y por lo tanto el aprendizaje de esos niños y niñas, y además generamos verdaderos refugios verdes para enfrentar el cambio climático, al regenerar la biodiversidad”, reflexiona la cofundadora de Patio Vivo, Ángela Ibáñez.
Según la Unesco, uno de cada tres estudiantes en el mundo sufre agresiones o acoso. Las cifras se repiten en Chile, donde un tercio de los escolares ha declarado que las agresiones físicas, verbales o a través de ciberbullying ocurren de manera regular. Además, según el Observatorio de la Niñez, un 22% de los niños, niñas y adolescentes presenta sintomatología depresiva. Cifras que dan cuenta de la necesidad de optar por nuevas estrategias, con soluciones basadas en la naturaleza.
“Lo que generan estos patios es que te dan instrumentos para que los niños puedan tener un espacio de juego que es diferente, en que se les ocurran cosas distintas que estar peleando con el otro. En el gran patio que tenemos conviven niños de primero básico a cuarto medio, y uno ve el impacto que esto tiene en la convivencia, como los grandes ayudan a los chicos, se genera una instancia de convivencia muy bonita. El aporte es entregar elementos que les permitan a los niños imaginar juegos distintos que no tiene que ver con la violencia o con relacionarse de manera frontal, sino que se comparte porque este espacio es para todos”, comenta la rectora del Colegio Ayelén de Rancagua, María Luisa Ibáñez, al recordar la experiencia de su establecimiento con este tipo de intervenciones.
Otro ejemplo es el Instituto Politécnico María Auxiliadora de Puerto Montt. Su director, Manuel Urrutia, es enfático en su apreciación sobre los beneficios de estos espacios: “estoy convencido de que el contacto con la naturaleza, el juego, ayuda a crear conciencia del cuerpo, de los otros y de los límites. Permite que los niños puedan establecer redes de juegos entre ellos, por lo que sí tiene un impacto positivo en la convivencia escolar. Además, el programa Patio Vivo Cultivable nos da el ejemplo de que tener un espacio abierto promueve una cultura del cuidado”, remata.
Otros datos levantados por Patio Vivo luego de revisar distintos estudios, dan cuenta de que el 90% del tiempo de los niños y niñas que residen en zonas urbanas, transcurre en espacios interiores, y que sólo un 4% de esos niños explora la naturaleza. “Probablemente esta falta de relación con los pares en un entorno de naturaleza explica muchos de los fenómenos complejos que observamos hoy en distintas comunidades escolares, que deben lidiar con el uso y abuso de los dispositivos tecnológicos, la falta de tiempo de las familias o la mayor inseguridad en algunos barrios. Pero el poder transformar un espacio frío de cemento en algo diferente, un lugar de encuentro vivo con la naturaleza, sin dudas es un aporte que ya se puede ir apreciando gracias a los testimonios de quienes están a cargo de esos lugares”, concluye el director de Innovación Social e Incidencia de Patio Vivo, Marcial Huneeus.
La semana pasada, Fundación Patio Vivo celebró el Día de las Clases al aire libre junto al Colegio Bicentenario Jorge Huneeus de La Pintana. Según distintos estudios, el rendimiento académico puede aumentar hasta en un 30%, mientras que la concentración y el comportamiento han mejorado hasta en un 40% gracias al mayor uso de los espacios abiertos en los establecimientos educacionales, a lo que se suma el positivo impacto medido en la salud mental y el bienestar emocional de los escolares.
Fuente: 360 Comunicaciones.