Santiago, 27 de diciembre de 2024.- Un estudio sin precedentes publicado en Nature Aging (https://www.nature.com/articles/s43587-024-00781-2) revela un preocupante hallazgo: la desigualdad estructural de una sociedad, medida por el índice de GINI, se asocia con una reducción del volumen y la conectividad cerebral, lo que impacta directamente en el envejecimiento y la demencia. Este estudio, fue liderado por el Instituto Latinoamericano de Salud Cerebral (BrainLat) de la Universidad Adolfo Ibáñez y otros centros de investigación de Estados Unidos y Latinoamérica.
Impacto en Chile y la región
El estudio evidencia que la desigualdad socioeconómica afecta la salud cerebral en toda la región, siendo Latinoamérica la más vulnerable. Chile, uno de los países analizados, enfrenta efectos pronunciados en regiones cerebrales clave, como las áreas temporales y cerebelares, cruciales para la memoria y la función cognitiva. Esto pone de relieve cómo los contextos de desigualdad pueden exacerbar condiciones como el Alzheimer y otras formas de demencia, incluso en personas con altos niveles de educación o ingresos.
“Este estudio refuerza la importancia de abordar la desigualdad estructural como una prioridad en las políticas de salud. Envejecemos en sociedades desiguales, y este entorno deja huellas tangibles en nuestra salud cerebral”, señaló Agustín Ibáñez, autor y director del estudio, y director científico de BrainLat.
Conclusiones principales
- Relación directa con la desigualdad: Los resultados muestran que el contexto de desigualdad impacta la salud cerebral más allá de factores individuales como la edad, el género o la educación.
- Latinoamérica, una región en riesgo: Los efectos más severos se encontraron en Latinoamérica, subrayando la necesidad de estrategias políticas y sociales que reduzcan las brechas socioeconómicas.
- Implicaciones para las políticas públicas: Los investigadores hacen un llamado a adoptar un enfoque integral que considere factores estructurales como la gobernanza democrática, la contaminación y el acceso a espacios verdes, para mitigar el impacto de la desigualdad en la salud cerebral.
Por su parte, Agustina Legaz, primera autora del estudio comentó: “Nuestros hallazgos destacan la urgencia de integrar los determinantes sociales estructurales en las políticas de salud cerebral, especialmente en países con altas tasas de desigualdad como Chile”.
Sobre la investigación
El estudio analizó datos de neuroimagen de más de 2.100 participantes de seis países, incluyendo controles sanos y pacientes con Alzheimer y otras demencias. Utilizando técnicas avanzadas de imagen y análisis del índice de GINI, los investigadores demostraron cómo las desigualdades estructurales influyen en la salud cerebral.
Fuente: UAI