En medio de un panorama económico global desafiante, es una buena noticia la inversión que Generadoras de Chile podría hacer por unos US$ 23 mil millones en los próximos cinco años en Chile. Este impulso no solo promete reactivar la economía del país, sino también la consolidación de nuestro país como un actor destacado en el desarrollo sustentable de energía y el almacenamiento, aspirando a ser el segundo mayor mercado en esta materia en el continente, tras Estados Unidos.
La reactivación económica se presenta como un objetivo esencial para Chile, porque con los múltiples atractivos para atraer inversiones que tenemos podríamos alcanzar metas ambiciosas, perfilándonos como un imán para la industria tecnológica, más aún luego de inversiones recientes de Microsoft y Google en data centers. Nuestro país tiene potencial para ser un líder en proyectos energéticos, atractivo para firmas internacionales.
Es más, hoy en día continuar con la expansión de la industria tecnológica depende directamente de la capacidad nacional de almacenamiento de energía. Las firmas internacionales reconocen el destacado desempeño del país en proyectos energéticos, fortaleciendo su posición como referente en innovación y tecnología en la región. Estos avances no solo benefician a un sector específico, sino que se traducen en oportunidades para diversas iniciativas industriales.
¿Qué falta? Abordar la permisología, una tarea en la que el Ministerio de Economía tomó la batuta. Pero no basta ¡Es imperativo que las reformas administrativas, que no requieren modificaciones legales, se implementen con celeridad! Sólo así podremos desbloquear los trámites sectoriales, eliminando las barreras que entrampan los proyectos de inversión.
El compromiso del presidente para reducir en un 30% los plazos de obtención de permisos y el proyecto del Ministerio de Economía para modificar los permisos sectoriales son señales alentadoras. Representan la apertura de puertas hacia soluciones tangibles que los inversionistas necesitan para seguir confiando en el potencial de Chile y contribuir al aumento de la capacidad energética.
Sincerémonos. Hoy el problema no reside en los estándares medioambientales, sino en un sistema obstaculizado por la burocracia. Por eso es clave que las medidas anunciadas no solo sean un gesto, sino el primer paso hacia la simplificación del proceso para obtener permisos, eliminando duplicidades y permitiendo un camino claro para los inversionistas.
La agilización de procesos regulatorios no solo beneficia a los inversionistas, sino que sienta las bases para un crecimiento sostenible, consolidando a Chile como un referente regional en innovación, tecnología y desarrollo económico. Es momento de avanzar con determinación hacia un futuro prometedor.
Fuente: Parla