Por Ximena Álvarez, Directora de formación Compartir Chile.
Con el inminente retorno a las aulas, tanto estudiantes, apoderados y profesores se encuentran inmersos en un torbellino de emociones y desafíos. El estrés que acompaña a este periodo puede afectar la salud mental y el bienestar de todos los involucrados.
Si bien, sabemos que el regreso a clases y las semanas previas a esta fecha, no son fáciles de gestionar, existen algunas estrategias efectivas pueden marcar la diferencia entre enfrentar el nuevo ciclo académico con confianza y no abrumarse ante la incertidumbre.
Para los estudiantes de todas las edades, es importante que exista planificación y organización, es la forma más efectiva de gestionar la ansiedad ante el periodo que inicia; para lograrlo, es bueno establecer metas realistas, generar horarios de estudio y desglosar tareas en pasos manejables que ayuden a brindar una sensación de mayor control. Por otra parte, el autocuidado es fundamental, aprovechar los últimos días de vacaciones para introducir rutinas que ayuden a regular los ciclos de sueño, dormir bien y practicar algunas actividades enfocadas al relajo, son esenciales para un correcto rendimiento académico y un apoyo al bienestar emocional.
También es común que los estudiantes tengan preocupaciones previo al retorno a clases, es aquí que la comunicación se convierte en uno de los ítems más importantes; hablar sobre los desafíos venideros con la familia, amigos o profesionales, puede aliviar esta carga y ayudar a poner las cosas en perspectiva.
Pero no sólo los alumnos pueden sufrir de estrés en este periodo, los apoderados deben estar preparados para acompañar a sus pupilos, además de las preocupaciones que significan la compra de uniformes, materiales, organización de traslados y colaciones, entre otros; ítems, para los que es primordial que haya planificación e idealmente, que las tareas se puedan distribuir entre la familia o la red de apoyo más cercana.
Respecto al acompañamiento de los estudiantes, se recomienda partir el año escolar fomentando un ambiente abierto y empático en el que los niños y niñas puedan manifestar tranquilamente sus inquietudes. Por otra parte, para apoyarlos en la construcción de confianza, es importante establecer expectativas realistas y celebrar los logros, no sólo los académicos.
Otro tema importante en el vertiginoso mundo actual, es crear redes de apoyo con el establecimiento educacional y otros apoderados, esto permitirá abordar posibles fuentes de problemas con anticipación.
Para los docentes, esta también es una época de bastante estrés, comenzar un nuevo año escolar supone nuevas metas y desafíos, que pueden abordarse de mejor manera a través de la flexibilidad, recordemos que la enseñanza es un campo dinámico y la capacidad de adaptarse a los cambios es esencial. Los profesores también necesitan cuidarse, compartir estrategias de manejo del estrés entre colegas, y buscar apoyo cuando sea necesario, estas conductas fomentan un entorno de trabajo saludable que beneficia a todos.
Por otra parte, es importante tener una comunicación clara con los estudiantes y sus familias, proporcionando información actualizada sobre los planes de estudio, las expectativas y cualquier cambio en las políticas escolares.
En Santillana, hemos trabajado arduamente en la generación de herramientas y servicios que sean un apoyo para las comunidades educacionales, es así que, a través del sistema educativo Compartir, reunimos distintas soluciones y contenido educativo para transformar la enseñanza. Contamos con especialistas que ayudan a gestionar de una forma saludable los niveles de estrés; uno de nuestros partners es Habilmind, poderosa herramienta que integra sistemas de evaluación para conocer aspectos relacionados al bienestar emocional de los integrantes de la comunidad educativa, generando reportes, recomendaciones y entregando consultoría profesional.
Cabe destacar, que adicionalmente a los consejos entregados y la valoración de herramientas que aporten a este regreso a clases, el apoyo mutuo y la empatía son fundamentales. Al adoptar estrategias e integrar servicios para gestionar el estrés, estudiantes, apoderados y profesores pueden contribuir a la construcción de un entorno educativo más saludable y propicio para el éxito académico y el bienestar emocional de la comunidad.
Fuente: IRM Comunicaciones